Adviento


por Javier Leoz

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Preparado para que, cuando Tú llames, yo te abra
Despierto para que, cuando Tú te acerques, te deje entrar
Alegre para que, cuando Tú te presentes, veas mi alegría

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Que, el tiempo en el que vivo, no me impida ver el futuro
Que, mis sueños humanos, no eclipsen los divinos
Que, las cosas efímeras, no se antepongan sobre las definitivas

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Y que, cuando nazcas, yo pueda velarte
Para que, cuando vengas, salga a recibirte
Y que, cuando llores, yo te pueda arrullar
QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Para que, la violencia, de lugar a la paz
Para que los enemigos se den la mano
Para que la oscuridad sea vencida por la luz
Para que el cielo se abra sobre la tierra

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Porque el mundo necesita ánimo y levantar su cabeza
Porque el mundo, sin Ti, está cada vez más frío
Porque el mundo, sin Ti, es un caos sin esperanza
Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR
Prepara mi vida personal: que sea la tierra donde crezcas
Trabaja mi corazón: que sea la cuna donde nazcas
Ilumina mis caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte
Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que tú me das

QUIERO ESTAR, EN VELA, SEÑOR
Entre otras cosas porque, tu Nacimiento,
será la mejor noticia de la Noche Santa
que se hará madrugada de amor inmenso en Belén.

¡VEN, SEÑOR!

Calendario salesiano de agosto

2 Beato Augusto Czartoryski de Polonia, príncipe y presbítero.
3 Beato Francisco Bandrés Sánchez, presbítero y mártir.
5 Día del Instituto "Hijas de María Auxiliadora" (fundado en 1872)
10 Beato Juan Martorell Soria, presbítero y mártir.
11 Beato Miguel Domingo Cendra, presbítero y mártir.
16 Nacimiento de San Juan Bosco
26 Ceferino Namuncurá







¿Don Bosco patrono del fútbol?

El periodista Albert Christian Sellner ha propuesto en las páginas del diario austríaco Der Standard que Don Bosco sea nombrado patrón del fútbol, sugiriendo al Papa Benedicto XVI de hacerse promotor de este reconocimiento.

Sellner constata que muchos artistas del balón rezan y miran al cielo durante sus actividades deportivas, y que falta un patrón oficial para la profesión. "A pesar de que la FIFA haya prohibido el uso de símbolos y gestos religiosos, la mayoría de los jugadores parece no hacer caso y ostentar públicamente su propia fe religiosa", dice.

El entrenador de Argentina, Maradona, por ejemplo, fue visto desgranar una corona del rosario durante la celebración de los partidos de los Mundiales sudafricanos.
Aunque alguna disciplina deportiva tiene un patrón propio, como san Sebastián para los atletas, al fútbol le falta su santo protector. Los equipos nacionales "podrían hacer referencia a los santos de cada país, como Inglaterra a san Jorge, Francia a santa Juana de Arco, Italia al humilde san Francisco de Asín, Eslovaquia a san Martín".

Para Sellner, el patrón del fútbol debería ser don Bosco porque las características de este deporte, "juventud, amistad, alegría, arte del balón y fiesta", están presentes en su figura.
En su artículo, Sellner traza un rápido perfil biográfico del santo turinés, recordando su deambular por la ciudad buscando chicos y un lugar adecuado para acogerles, poniendo de relieve todas sus actividades lúdicas, artísticas y creativas que le ayudaban en su misión educativa. "Hasta su muerte, más de 200.000 jóvenes tuvieron el beneficio de su amistad", subraya.

Dado que Juan Pablo II declaró a Don Bosco 'padre y maestro de los jóvenes', Benedicto XVI tendría la oportunidad de poder conquistar méritos en el mundo del fútbol proclamando a don Bosco patrono del fútbol.

La propuesta de Sellner hace honor a la gran contribución que don Bosco y sus salesianos dieron al juego y al deporte como lugares de educación y de promoción humana, subrayando más el valor agregacional que el competitivo. Esperamos que esta propuesta se abra camino.

Asamblea

13 de julio de 2010:
Centro San Francisco de La Boca, Buenos Aires



La oración de San Francisco

por Gilberto Hernández García
Fuente: El Observador de la Actualidad

Hay una hermosa oración que se conoce como «Oración por la paz» u «Oración de san Francisco» y que es muy popular en todo el mundo. La rezan tanto cristianos católicos como protestantes, budistas y personas que siguen los más diversos derroteros espirituales. Lo curioso es que, aunque se le llame la Oración de san Francisco, él no es su autor, pero sí su inspirador, como ahora veremos.

La Oración por la Paz o de san Francisco apareció por primera vez en 1913, en una humilde revista francesa que, a su vez, la había tomado de otra publicación donde no se hacía mención de autor alguno. Sin embargo, «saltó a la fama» tras ser publicada en L’Osservatore Romano, el periódico oficial de la Santa Sede, el 20 de enero de 1916; de ahí la tomó el famoso rotativo católico francés La Croix (La Cruz), secundando una «moda» de muchas publicaciones que imprimían «oraciones por la paz», puesto que aquellos años eran los de la Primera Guerra Mundial.

A decir de algunos historiadores, en aquellos turbulentos años en todo el mundo cristiano nacían iniciativas de oración para suplicar la paz en el Viejo Continente, que era escenario de una devastadora guerra. En ese contexto el dueño de un periódico francés le había hecho llegar al Papa Benedicto XV varias oraciones por la paz; la mayoría de ellas dirigidas al Sagrado Corazón de Jesús, devoción recientemente introducida en la Iglesia Católica y que había cundido felizmente en toda la cristiandad. Esta piadosa devoción ponía el acento en el amor incondicional de Jesús, su misericordia y ternura hacia la humanidad.

Ese fue el contexto en que L’Osservatore publicó la Oración por la Paz. Desde entonces, poco a poco fue calando en el ánimo de propios y extraños al grado de convertirse en una oración icónica del ecumenismo, que dejaba de ser exclusiva de una Iglesia y se erguía como puente de unión entre las diversas confesiones que rezaban por la paz mundial.

Pero, ¿por qué se llamó Oración de san Francisco a esta oración por la paz? ¿Por qué se vinculó al santo de Asís con ella? Resulta que al poco tiempo de que fuera publicada esta oración, un fraile franciscano hizo imprimir la plegaria en unas tarjetas que en el anverso tenían la imagen de san Francisco; además, colocó en ellas las siguiente inscripción: «esta oración resume los ideales franciscanos y representa al mismo tiempo una respuesta a las necesidades de nuestro tiempo», que se convirtió en el indisoluble vínculo entre la oración y el pobrecillo de Asís.

Pero esta asociación no es fruto de una mera casualidad. La espiritualidad de Francisco parece estar como sustrato de esta plegaria. En uno de los escritos del santo podemos leer: «Donde hay amor y sabiduría no hay temor ni ignorancia. Donde hay paciencia y humildad no hay ira ni inquietud. Donde hay pobreza y alegría no hay codicia ni avaricia. Donde hay paz y meditación no hay desasosiego ni disipación. Donde el temor a Dios cuida la casa, el enemigo no encuentra entrada. Donde hay misericordia y discreción no hay abuso ni dureza de corazón».

En suma, sabemos que esta hermosa oración «no procede de la pluma del san Francisco histórico, sino de la espiritualidad del Francisco de la fe. Él es su padre espiritual y, por lo tanto, su autor, en el sentido más profundo y abarcador de la palabra», como dice un teólogo franciscano. Y como san Francisco, la Oración de la Paz, tiene la virtud de unir a todos, independientemente de credos, en un mismo espíritu de paz y amor, como hijos de un solo Dios, hermanos en la única familia humana.

Pan de Vida eres, mi Señor

por el P. Javier Leoz
Pasaste a mi lado, y me dijeron que tan sólo era un sueño, un espejismo en medio del desierto de mi vida. Escuche una voz, y me aseguraron, que tan sólo se trataba del eco de la mía. Que, tu voz, era eso: una imaginación, que no hiciera caso, que me dejara guiar por los gritos simplistas del mundo.
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Entonces, elevé mis ojos hacia el cielo, y me pareció ver como llovían manjares, vida, esperanza, ilusión y gracia. Pero, otros, desviaron mi atención.
Me afirmaron, que aquello, era simple lluvia de estrellas, invención de mi mente, deseos de tener lo que nunca se alcanza.
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Pero, te confieso, Señor, que, de todos mis sueños, anhelo el día de encontrarme contigo. Que de todas voces que escucho, la tuya es la que sólo me conforta, auténtica, la más noble y verdadera.
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Que, de todo lo sabroso que existe en el mundo, no hay nada mejor ni más bueno que el Pan y el Vino que Tú nos ofreces. Porque muy bien se, mi Señor,
que tu manjar es alimento para ahora y después; que tu Cuerpo y Sangre
me llenan, plenifican y me levantan, cuando el mundo me abandona y me olvida. Por todo eso, señor, y por muchas cosas más:
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Sobre las Buenas noches

enviado por nuestro asesor, P. José Cuesta, sdb

(ANS – Roma) – Las Buenas noches, uno de los elementos más característicos de la vida y de la cultura salesiana, fue el objeto de reflexión de las buenas noches del Rector Mayor. Una práctica que corre el riesgo de desnaturalizarse y ser olvidada.

El 22 de junio, después de finalizadas las vísperas, Don Pascual Chávez dio el tradicional pensamiento de las buenas noches a los miembros del Consejo General, reunidos para las sesiones plenarias, y a los inspectores recién nombrados, venidos a roma para el curso de formación. El tema de su intervención fueron las Buenas noches.

Esta tradición salesiana nace gracias a Mamá Margarita a un segundo grupo de muchachos que acogidos por don Bosco les propuso, una noche, un breve discurso antes de acomodarlos para dormir. Cuando don Bosco al día siguiente encontró a los muchachos serenamente dormidos, a diferencia del primer grupo que antes había huido con sábanas y cobijas, atribuyó el mérito al discurso hecho la noche anterior por Mamá Margarita.

“Las Buenas noches es ante todo un acontecimiento de familia”, precisó Don Chávez y recordando cómo Don Bosco reservaba para sí este empeño y en caso de ausencia que lo hiciera Don Rúa para concluir la jornada, ha dicho: “Es entonces, tarea del padre de la comunidad, del director o del Inspector; también allí donde hay pequeñas comunidades”.

Tres son los méritos que el Rector Mayor ha indicado en la práctica de las Buenas noches. El primero es de dar paz al corazón al concluir la jornada. “Estamos acostumbrados a vivir con un ritmo intenso y veloz. Hoy el gran peligro es la hiperactividad, una nueva idolatría que al final de la jornada nos deja frecuentemente con un cierto sentido de frustración, de cansancio físico, de stress psicológico y de vacío espiritual. Las buenas noches es un momento que ayuda a los hermanos a poner en paz sus propios corazones”

Las Buenas noches ayudan a recuperar el centro y la unidad de la vida. “Al final de una jornada hemos hecho y sentido tantas cosas; las buenas noches ayudan a hacer síntesis evitando la dispersión y la fragmentación”.

Las Buenas noches, enseñan a hacer una lectura cristiana de los acontecimientos vividos. “No es solamente decir una buena palabra, dar una información o un buen mensaje, sino hacer una lectura creyente de la vida, de la historia”. Esta peculiaridad evita, así, la dicotomía entre la historia y la vida espiritual. “Es muy importante ayudar a quién se tiene al lado a hacer una lectura creyente de la historia”.

Don Chávez ha señalado cómo los elementos indicados en la misma práctica de las Buenas noches ayudan a crear una verdaera y propia cultura salesiana, un modo salesiano de mirar la realidad, afrontar la vida y de hacer progresar las relaciones al interno de la comunidad.

“Si dejamos caer la práctica de las Buenas noches los hermanos vivirán siempre más en el individualismo, en la soledad. Debemos retornar a la tradición de Valdoco y dar vigor y significado a la práctica de las buenas noches. Las buenas noches es uno de los tratados más característicos de los salesianos, una práctica típicamente nuestra, no presente en otras Congregaciones. Es una de los elementos más preciosos que nosotros debemos conservar”.

Calendario salesiano de julio


Vista de la Plaza de S.Pedro el día de la beatificación de los 498 mártires de la persecución religiosa en España
28-10-2007

7 B. María Romero Meneses, religiosa( 1902-1977)
24 Beato Javier Bordás Piferrer (1914-1936), y Jaime Ortiz Alzueta (1913-1936), pbros. y mártires de la Guerra Civil española
27 B. Felipe Hernández Martínez, pbro.(1913-1936) y compañeros mártires de la Guerra Civil española Zacarías Abadía Buesa, pbro. (1913-1936); José Caselles Moncho, pbro. (1907-1936); José Castell Camps, pbro. (1902-1936)
30 Beato Sergio Cid Pazo, presbítero y mártir de la Guerra Civil española (1884-1936)
31 Beato Jaime Buch Canals, presbítero y mártir de la Guerra Civil española (1908-1936)

Don Cafasso

Catequesis del Papa Benedicto XVI durante la Audiencia General en la Plaza de San Pedro el 30 de junio de 2010

Queridos hermanos y hermanas,

Hemos concluido hace poco el Año Sacerdotal: un tiempo de gracia que ha traído y traerá frutos preciosos a la Iglesia; una oportunidad para recordar en la oración a todos aquellos que han respondido a esta vocación particular. Nos acompañaron en este camino, como modelos e intercesores, el Santo Cura de Ars y otras figuras de santos sacerdotes, verdaderas luces en la historia de la Iglesia. Hoy, como anuncié el pasado miércoles, quisiera recordar otra, que sobresale en el grupo de los “Santos sociales” en Turín del siglo XIX: se trata de san Giuseppe Cafasso.

Su recuerdo parece debido, porque precisamente hace una semana se celebraba el 150 aniversario de su muerte, que tuvo lugar en la capital piamontesa el 23 de junio de 1860, a la edad de 49 años.


Además, quiero recordar que el Papa Pío XI, el 1 de noviembre de 1924, aprobando los milagros para la canonización de san Juan María Vianney y publicando el decreto de autorización para la beatificación de Cafasso, acercó estas dos figuras de sacerdotes con las siguientes palabras: “No sin una especial y benéfica disposición de la Divina Bondad, asistimos a este surgimiento de la Iglesia católica de nuevos astros,, el párroco de Ars, y el Venerable Siervo de Dios Giuseppe Cafasso. Precisamente estas dos hermosas, queridas, providencialmente oportunas figuras se nos debían presentar hoy; pequeña y humilde, pobre y sencilla, pero tanto más gloriosa, la figura del párroco de Ars, y la otra bella, grande, compleja, rica figura de sacerdote, maestro y formador de sacerdotes, el Venerable Giuseppe Cafasso".


Se trata de circunstancias que nos ofrecen la ocasión para conocer mejor el mensaje, vivo y actual que surge de la vida de este santo. Él no fue párroco como el cura de Ars, sino que fue sobre todo formador de párrocos y de sacerdotes diocesanos, incluso de sacerdotes santos, entre ellos san Juan Bosco. No fundó, como tantos otros sacerdotes del siglo XIX piamontés, institutos religiosos, porque su “fundación” fue la “escuela de vida y de santidad sacerdotal" que realizó, con el ejemplo y la enseñanza, en el Internado Eclesiástico de san Francisco de Asís, en Turín.

Giuseppe Cafasso nació en Castelnuovo d’Asti, el mismo pueblo que san Juan Bosco, el 15 de enero de 1811. Fue el tercero de cuatro hijos. La última, la hermana Marianna, será la madre del beato Giuseppe Allamano, fundador de los Misioneros y de las Misioneras de la Consolata. Nació en el Piamonte del siglo XIX, caracterizada por graves problemas sociales, pero también por tantos santos que se empeñaban en ponerles remedio. Éstos estaban unidos entre sí por un amor total a Cristo y por una profunda caridad hacia los más pobres: ¡la gracia del Señor sabe difundir y multiplicar las semillas de santidad! Cafasso realizó los estudios secundarios y el bienio de filosofía en el Colegio de Chieri y, en 1830, pasó al Seminario teológico, donde, en 1833, fue ordenado sacerdote.


Cuatro meses más tarde hizo su ingreso en el lugar que para él será la única y fundamental “etapa” de su vida sacerdotal: el Internado Eclesiástico de san Francisco de Asís, en Turín. Entrado para perfeccionarse en la pastoral, aquí él hizo fructificar sus dotes de director espiritual y su gran espíritu de caridad. El Internado, de hecho, no era solo una escuela de teología moral, donde los jóvenes sacerdotes, procedentes sobre todo del campo, aprendían a confesar y a predicar, sino que era también una verdadera y propia escuela de vida sacerdotal, donde los presbíteros se formaban en la espiritualidad de san Ignacio de Loyola y en la teología moral y pastoral del gran Obispo san Alfonso María de Ligorio.


El tipo de sacerdote que Cafasso encontró en el Internado y que él mismo contribuyó a reforzar – sobre todo como Rector – era el del verdadero pastor con una rica vida interior y un profundo celo en el cuidado pastoral: fiel a la oración, comprometido en la predicación, en la catequesis, dedicado a la celebración de la Eucaristía y al ministerio de la Confesión, según el modelo encarnado por san Carlos Borromeo, por san Francisco de Sales y promovido por el Concilio de Trento. Una feliz expresión de san Juan Bosco sintetiza el sentido del trabajo educativo en aquella comunidad: "en el Internado se aprendía a ser sacerdotes".

San Giuseppe Cafasso intentó llevar a cabo este modelo en la formación de los jóvenes sacerdotes, para que, a su vez, se convirtiesen en formadores de otros sacerdotes, religiosos y laicos, según una especial y eficaz cadena. Desde su cátedra de teología moral educaba a ser buenos confesores y directores espirituales, preocupados por el verdadero bien espiritual de la persona, animados por un gran equilibrio en hacer sentir la misericordia de Dios y, al mismo tiempo, un agudo y vivo sentido del pecado.


Tres eran las virtudes principales del Cafasso profesor, como recuerda san Juan Bosco: calma, delicadeza y prudencia. Para él la verificación de la enseñanza transmitida estaba constituida por el ministerio de la confesión, a la cual él mismo dedicaba muchas horas de la jornada; a él se dirigían obispos, sacerdotes, religiosos, laicos eminentes y gente sencilla: a todos sabía ofrecer el tiempo necesario. De muchos, también, que llegaron a ser santos y fundadores de institutos religiosos, fue sabio consejero espiritual. Su enseñanza nunca era abstracta, basada solo en los libros que se utilizaban en ese tiempo, sino que nacía de la experiencia viva de la misericordia de Dios y del profundo conocimiento del alma humana adquirida en el largo tiempo transcurrido en el confesionario y en la dirección espiritual: la suya era una verdadera escuela de vida sacerdotal.

Su secreto era sencillo: ser un hombre de Dios; hacer, en las pequeñas acciones cotidianas, “lo que pueda volverse en mayor gloria de Dios y en provecho de las almas". Amaba de forma total al Señor, estaba animado por una fe bien arraigada, sostenido por una oración profunda y prolongada, vivía una sincera caridad hacia todos. Conocía la teología moral, pero conocía también las situaciones y el corazón de la gente, de cuyo bien se hacía cargo, como el buen pastor. Cuantos tenían la gracia de estar cerca de él se transformaban en otros tantos buenos pastores y confesores válidos. Indicaba con claridad a todos los sacerdotes la santidad que alcanzar que alcanzar precisamente en el ministerio pastoral. El beato don Clemente Marchisio, fundador de las Hijas de san José, afirmaba: “Entré en el Internado siendo un gran travieso y un cabeza loca, sin saber qué quería decir ser sacerdote, y salí de allí totalmente distinto, plenamente imbuido de la dignidad del sacerdote". ¡Cuantos sacerdotes fueron formados en el Internado y después seguidos espiritualmente! Entre estos – como ya he dicho – surge san Juan Bosco, que lo tuvo como director espiritual durante 25 años, desde 1835 hasta 1860: antes como clérigo, después como sacerdote y después como fundador.

Todas las elecciones fundamentales de la vida de san Juan Bosco tuvieron como consejero y guía a san Giuseppe Cafasso, pero de un modo bien preciso: el Cafasso no buscó nunca de formar en don Bosco un discípulo "a su imagen y semejanza", y don Bosco no copió a Cafasso; le imitó ciertamente en las virtudes humanas y sacerdotales – definiéndolo “modelo de vida sacerdotal" – sino según sus propias actitudes personales y su propia peculiar vocación; un signo de la sabiduría del maestro espiritual y de la inteligencia del discípulo: el primero no se impuso sobre el segundo, sino que le respetó en su personalidad y le ayudó a leer cuál era la voluntad de Dios sobre él.

Queridos amigos, ésta es una enseñanza preciosa para todos aquellos que están comprometidos en la formación y educación de las jóvenes generaciones y es también una fuerte llamada de cuán importante es tener una guía espiritual en la propia vida, que ayude a entender lo que Dios quiere de nosotros. Con sencillez y profundidad, nuestro Santo afirmaba: “Toda la santidad, la perfección y el provecho de una persona está en hacer perfectamente la voluntad de Dios (…). Felices nosotros si consiguiéramos verter así nuestro corazón dentro del de Dios, unir de tal forma nuestros deseos, nuestra voluntad a la suya, que formen un solo corazón y una sola voluntad: querer lo que Dios quiere, quererlo en el modo, en el tiempo, en las circunstancias que Él quiere y querer todo eso no por otro motivo sino porque Dios lo quiere".

Pero otro elemento caracteriza el ministerio de nuestro Santo: la atención a los últimos, en particular a los encarcelados, que en la Turín del siglo XIX vivían en en lugares inhumanos e inhumanizadores. También en este delicado servicio, llevado a cabo durante más de veinte años, él fue siempre el buen pastor, comprensivo y compasivo: cualidad percibida por los detenidos, que acababan por ser conquistados por ese amor sincero, cuyo origen era Dios mismo.

La simple presencia de Cafasso hacía el bien: serenaba, tocaba los corazones endurecidos por las circunstancias de la vida y sobre todo iluminaba y removía las conciencias indiferentes. En los primeros tiempos de su ministerio entre los encarcelados, recurría a menudo a las grandes predicaciones que llegaban a implicar a casi toda la población carcelaria. Con el paso del tiempo, privilegió la catequesis pequeña, hecha en los coloquios y en los encuentros personales: respetuoso de las circunstancias de cada uno, afrontaba los grandes temas de la vida cristiana, hablando de la confianza en Dios, de la adhesión a Su voluntad, de la utilidad de la oración y de los sacramentos, cuyo punto de llegada es la Confesión, el encuentro con Dios hecho para nosotros misericordia infinita.

Los condenados a muerte fueron objeto de cuidados humanos y espirituales especialísimos. Él acompañó al patíbulo, tras haberles confesado y administrado la Eucaristía, a 57 condenados a muerte. Les acompañaba con profundo amor hasta la última respiración de su existencia terrena.

Murió el 23 de junio de 1860, tras una vida ofrecida totalmente al Señor y consumada por el prójimo. Mi Predecesor, el venerable siervo de Dios papa Pío XII, el 9 de abril de 9 1948, lo proclamó patrono de las cárceles italianas y, con la Exhortación apostólica Menti nostrae, el 23 de septiembre de 1950, lo propuso como modelo a los sacerdotes comprometidos en la confesión y en la dirección espiritual.

Queridos hermanos y hermanas, que san Giuseppe Cafasso sea una llamada para todos a intensificar el camino hacia la perfección de la vida cristiana, la santidad; en particular, recuerde a los sacerdotes la importancia de dedicar tiempo al Sacramento de la Reconciliación y a la dirección espiritual, y a todos la atención que debemos tener hacia los más necesitados. Nos ayude la intercesión de la Beata Virgen María, de la que san Giuseppe Cafasso era devotísimo y que llamaba “nuestra querida Madre, nuestro consuelo, nuestra esperanza".

Cónica del encuentro....

....entre el P. Buela y Don Pietro Braido
por el P. Ernesto Caparrós, ive.
Fuente: Boletín Vox Verbi Nº 344



El día 19 de junio 2006, a las 10 de la mañana tuvo lugar una visita del padre Buela (Fundador del Instituto del Verbo Encarnado) a don Pietro Braido, sacerdote salesiano de 87 años, escritor. Lo acompañábamos los padres Diego Pombo y Ernesto Caparros.

Para poder entender este singular y breve encuentro es necesario hacer alusión a la historia de cómo fue redactado nuestro Directorio de Oratorio :

El padre Buela encuentra un libro (en Buenos Aires) que usa como texto guía para la redacción del Directorio de Oratorio. Este libro había sido publicado en Guatemala con el titulo de “Sistema educativo de Don Bosco” , y tiene justamente como autor a don Pietro Braido.

Después de fotocopiar el capítulo que se refiere a los oratorios el libro es colocado en la biblioteca del Seminario Mayor de San Rafael. Al terminar la redacción del Directorio se lo busca para poder colocar las referencias del autor y del libro, pero infructuosamente: ¡el libro había desaparecido! Es por eso que en las citas se coloca un nombre presunto, Pablo Zivac.
Durante varios años (doce) el padre Buela insiste y pide que se busque el libro en distintas instancias y lugares, tenía presente en su memoria que la editorial era guatemalteca. Incluso escribió o mandó pedir referencias varias veces a Guatemala.

Será el padre Gabriel Barros quien pocos meses atrás inicia una búsqueda en la inmensa biblioteca del Ateneo Salesiano de Roma, llevando las fotocopias usadas para la redacción del Directorio. Con la ayuda del padre Picca, sacerdote salesiano argentino (director de la biblioteca que se muestra gentil y muy disponible con p. Barros) inicia una búsqueda entre los mil libros escritos sobre el tema del oratorio festivo.

El libro finalmente es encontrado resultando ser justamente la traducción al español de una edición italiana de “Il sistema preventivo di don Bosco” . II edizione, 1964, publicación del Instituto superior de Pedagogía del Pontificito Ateneo Salesiano (Roma). Es en ese momento cuando padre Picca da a conocer que el autor, ya anciano y enfermo, todavía vive y reside en el mismo Ateneo .

Al tomar conocimiento de ello, padre Buela pide una cita con dicho sacerdote.
El encuentro, entonces, del 19 de junio aunque breve fue particularmente interesante: allí el padre Buela cuenta a don Pietro la historia sobre el Directorio de Oratorio (a la cual sintéticamente he hecho referencia) y le agradece el bien que nos ha hecho con su libro, “gracias a usted nosotros sabemos hacer Oratorios” y “en nuestro oratorios vemos notables mejoras en los jóvenes incluso mas difíciles; también tenemos ya las primeras vocaciones religiosas”.

Don Pietro, sacerdote humilde, inteligente y de una notable lucidez (todavía escribe), se alegró notablemente por el agradecimiento recibido. Nos cuenta que el motivo de la publicación de ese libro fue para poder recibir un título que lo acredite como pedagogo en el Ateneo Salesiano al cual había sido destinado como profesor cincuenta años atrás; ese libro fue el fruto de sus estudios personales durante varios años de trabajo en Oratorios.

Don Pietro regala al padre Buela un valioso material: un trabajo crítico sobre “las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales” (pequeño libro escrito por Don Bosco) y dos trabajos sobre la historia de los oratorios salesianos desde la muerte de San Juan Bosco hasta el periodo fascista. Nos cuenta, también, que está preparando otros dos trabajos historiográficos sobre los Oratorios salesianos: el período de la segunda guerra mundial y el periodo posterior.

Al terminar el diálogo con don Pietro, ya dirigiéndonos a la Procura , el padre Buela dice una frase que sintetiza el valor de la acción realizada: “Hemos cumplido un deber de justicia y de caridad… el sacerdote tiene que ser un hombre agradecido…de lo contrario con el pasar de los años puede fácilmente volverse insensible”.

Yo también quiero subir contigo....

por el P. Javier Leoz
YO TAMBIÉN QUIERO SUBIR CONTIGO, SEÑOR,
a esa Jerusalén, lugar de entrega y de esfuerzo, aunque, en la calzada, no todo sea compresión y abrazos. Quiero ser cristiano, y contigo Señor,
saber y sentir que –avanzar junto a Ti- no siempre es fácil, no todo es aplauso.


YO TAMBIÉN DESEO ASCENDER A LAS ALTAS CUMBRES,
y, desde las alturas, llamar a la fe y a la esperanza a mis hermanos; compartir aquello que llevo dentro y, lejos de detenerme en el sendero, empujar a los que quieran vivir con aires distintos.

YO TAMBIÉN ASPIRO A IR CONTIGO, SEÑOR
a la Jerusalén que en el cielo aguarda; a la Jerusalén que en el cielo se levanta. Con la fuerza de la Eucaristía, con el cayado de tu Palabra, Señor, con la infusión de los sacramentos, con la voz de tu Iglesia, Señor.

Quiero ir yendo, a una contigo, y disfrutar de tu Reino prometido.

AYÚDAME, SEÑOR,
a estar siempre en decidida marcha, a pesar de las piedras que salen o se arrojan a mi paso. Amén

Juan Pablo II nos enseñaba....


"Nunca nos faltan los problemas, pero el Espíritu Santo nos socorre en las dificultades y nos ilumina...puede decise que el Espíritu Santo posee una inventiva infinita propia de la mente divina que puede desatar los nudos de los sucesos humanos, incluso los más complejos e impenetrables".

Don Bosco decía...

Pongamos toda nuestra confianza en María, y quien no tiene puesta su medalla, que se la procure... Besémosla y experimentaremos grandes ventajas para nuestra alma.

Calendario salesiano de junio

Don Cafasso

12 José Kowalski, pbro. (1911-1942) y compañeros mártires del Oratorio Francisco Kesy (1920-1942), Eduardo Klinik (1919-1942), Jarogniew Wojciechowsky (1922-1940), Czeslaw Jozwiak (1919-1942) y Edward Kazmierski (1919-1942)
23 San José Cafasso, pbro. (1811-1860), protector de Don Bosco.

Sentido de la Vida y Propuesta Cristiana

por Ramiro Pellitero
Inst.Sup. de Cs. Religiosas
Universidad de Navarra

¿Pueden vivir las personas en una pecera?. Es algo que se pregunta la sugerente película “El Erizo” (Le hérisson, Mona Achache, 2009). Como un cuento que refleja una situación demasiado real y frecuente, presenta la existencia vacía que parece dominar nuestra sociedad; al mismo tiempo, la belleza puede surgir en la vida corriente de las personas, y puja por abrirse a la trascendencia.

Lo ha dicho Benedicto XVI a su llegada a Portugal: “El punto clave es el valor que se atribuye a la cuestión del sentido y a su implicación en la vida pública”. “No se trata –ha explicado– de una confrontación ética entre un sistema laico y un sistema religioso, sino de una cuestión del sentido al que se confía la propia libertad”. En efecto, es difícil vivir sin un sentido.

A este propósito cabe citar al doctor Irving D. Yalom –que recibió en el año 2000 un premio de la “American Psychiatric Association” por su contribución al campo de la religión y de la psiquiatría–, cuando afirma: “Me parece evidente que los proyectos vitales tienen un significado más profundo y poderoso si llevan a trascenderse, es decir, si se dirigen a alguien fuera de uno mismo, el amor por una causa, el proceso creativo, el amor a los demás o a una esencia divina”. Los animales –observa– no se proponen algo así; sin embargo, es frecuente ver a un perro al que su amo le tira un palo, cómo entra en una trepidación de misión. “Quién de nosotros –se pregunta– no ha tenido el deseo: ¡Si yo tuviera alguien que me tirara el palo!”.

Volviendo al discurso del Papa en su llegada a Lisboa, la fe cristiana vivida coherentemente es “una propuesta de sabiduría y de misión”. Y esa propuesta suena así: “La relación con Dios es constitutiva del ser humano, que ha sido creado por Dios y destinado a Dios: por su propia estructura cognitiva busca la verdad, tiende al bien en la esfera volitiva, y en la dimensión estética es atraído por la belleza. La conciencia es cristiana en la medida en que se abre a la plenitud de la vida y de la sabiduría, que tenemos en Jesucristo”.

Poco antes, en el vuelo desde Roma, planteaba Benedicto XVI tres cuestiones como introducción a su viaje: acerca de la fe, de la relación con el mundo y del pecado.

En primer lugar hablaba de la necesidad de superar la oposición –vigente en los últimos siglos– entre un racionalismo cerrado a la trascendencia y la fe cristiana. Un ejemplo actual es la crisis económica, que ha puesto de relieve la necesidad de que la ética y una antropología trascendente informen la economía.
Al mismo tiempo señalaba un defecto en la comprensión y en la vivencia de la fe cristiana: “Hemos de confesar también que la fe católica, cristiana, era con frecuencia demasiado individualista, dejaba las cosas concretas, económicas, al mundo, y pensaba sólo en la salvación individual, en los actos religiosos, sin ver que éstos implican una responsabilidad global, una responsabilidad respecto al mundo”.

Por último, ha aludido a cómo los sufrimientos y los ataques más importantes que recibe la Iglesia no son los que vienen de fuera sino “del interior de la Iglesia, del pecado que existe en la Iglesia”. Por eso es necesario “volver a aprender algo esencial: la conversión, la oración, la penitencia y las virtudes teologales”.

Estamos ante una lección sobre la fe cristiana y la visión cristiana del mundo (la secularidad) nada ingenua y tampoco pesimista. Es la sabiduría cristiana que propone al mundo abrirse a la fe, que señala que la fe debe vivirse atendiendo a las cosas concretas del mundo, y que es necesario luchar contra el mal comenzando por los pecados personales. Ciertamente –concluía– “siempre el mal ataca, ataca desde dentro y desde fuera, pero también las fuerzas del bien están presentes”.

No es un mensaje triste ni escéptico. Es la propuesta de sentido que brota de la fe cristiana. Un sentido que no se encierra en la pura subjetividad, sino que tiene la capacidad de dialogar con la razón y con las culturas, para enriquecerlas. Por eso –les decía el Papa a los periodistas en el avión– “la Iglesia está abierta a colaborar con quien no excluye ni reduce al ámbito privado la esencial consideración del sentido humano de la vida”.

Encuentro de obispos salesianos

Obispos salesianos participantes del encuentro en Valdocco

En la Casa Madre de Valdoco en Turín, del 21 al 25 de mayo se llevará a cabo el encuentro de los obispos salesianos con el Rector Mayor, Padre Pascual Chávez Villanueva SDB, y los miembros de su Consejo. El encuentro, ya anunciado desde el verano pasado, se ubica en el contexto de una serie de aniversarios y acontecimientos: el 150º aniversario de su fundación (1859-2009); el 125º aniversario de la consagración de monseñor Juan Cagliero, primer obispo y cardenal salesiano; el centenario de la muerte del primer sucesor de Don Bosco, el beato Miguel Rúa; y la preparación para la celebración del bicentenario del nacimiento de Don Bosco que sucederá en el año 2015.

La celebración del encuentro de los obispos servirá de marco a la celebración de la fiesta de María Auxiliadora, que en Valdoco y en Turín, tiene una gran tradición, y la conclusión de la contemplación de la Sábana Santa y el encuentro de los novicios de Europa.

De los 119 obispos y cardenales salesianos, 93 ya han confirmado su presencia en el encuentro cuyo tema será "Carisma salesiano y Ministerio Episcopal". Las celebraciones tendrán temas apropiados como la espiritualidad salesiana y el estado episcopal, la acción educativa y evangelizadora de los jóvenes.

En el encuentro de los Prelados participará el Rector Mayor, padre Pascual Chávez Villanueva, y los miembros del Consejo.
Don Chavez con los obispos salesianos en la Argentina

La Argentina cuenta con diez obispos salesianos, de los cuales uno es arzobispo: monseñor Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes-Luján. Tres son obispos diocesanos: Esteban María Laxague, de Viedma; Marcelo Melani, de Neuquén; y Juan Carlos Romanín, de Río Gallegos. Cuatro son eméritos; Alejandro Buccolini, de Río Gallegos; Guillermo Leaden, auxiliar de Buenos Aires; José Pedro Pozzi, de Alto Valle del Río Negro; y Pedro Ronchino, de Comodoro Rivadavia. Dos son de rito oriental; Vartán Waldir Boghossián, eparca armenio; y Andrés Sapelak, eparca ucranio emérito. Además, un salesiano argentino, Jesús Tirso Blanco, es obispo en una diócesis de Angola. Otros trece salesianos, ya fallecidos, fueron obispos en diversas diócesis de la Argentina.

Pentecostés

por el P. Javier Leoz


VIVIR PENTECOSTÉS ...

es pedirle a Dios, que nos ayude a construir la gran familia de la Iglesia;
es orar a Dios, para sacar de cada uno lo mejor de nosotros mismos;
es leer la Palabra y pensar: “esto lo dice Jesús para mí”;
es comer la Eucaristía y sentir el milagro de la presencia real de Cristo;
es rezar, y palpar –con escalofríos- el rostro de un Dios que nos ama.

¡PENTECOSTÉS ES EL DIOS INVISIBLE!

El Dios que camina hasta el día en que nos llame a su presencia.
El Dios que nos da nuevos bríos e ilusiones.
El Dios que nos levanta, cuando caemos.
El Dios que nos une, cuando estamos dispersos.
El Dios que nos atrae, cuando nos divorciamos de Él.

¡PENTECOSTÉS ES EL DIOS DE LA BRISA!

El Dios que nos rodea con su silencio.
El Dios que nos indica con su consejo.
El Dios que nos alza con su fortaleza.
El Dios que nos hace grandes con su sabiduría.
El Dios que nos hace felices con su entendimiento.
El Dios que nos hace reflexivos con su santo temor.
El Dios que nos hace comprometidos, con el don de piedad.
El Dios que nos hace expertos, por el don de la ciencia.

La barca de Pedro

por el P. Ramiro Pellitero
Instituto Superior de Ciencias Religiosas
Universidad de Navarra

Ulises atravesó el estrecho de Mesina sin caer en la trampa de las sirenas, porque se ató al mástil de la nave después de taponar con cera los oídos de sus marineros. Algunos escritores cristianos compararon la imagen de Ulises con la de Jesús en la Cruz, y la nave de Ulises con la Iglesia. El hecho es que la imagen de la Iglesia como nave es de las más utilizadas en los primeros siglos.
Por ejemplo, Gregorio de Elvira (s. IV) dice que la Iglesia es semejante “a una nave que continuamente es agitada por las tormentas y tempestades, pero que no podrá naufragar jamás, porque su palo mayor es la Cruz de Cristo; su piloto, el Padre; su timonel, el Espíritu Santo; sus remeros, los Apóstoles”.
Benedicto XVI celebra el quinto aniversario de su pontificado en medio de una tormentosa campaña en contra. En Malta ha evocado el naufragio de San Pablo y la calurosa acogida que le dispensaron los isleños. Subrayó cómo “la tripulación del barco, para salir del apuro, se vio obligada a tirar por la borda el cargamento, los aparejos e incluso el trigo, que era su único sustento. Pablo les exhortó a poner su confianza sólo en Dios, mientras la nave era zarandeada por las olas”.
Sin duda puede verse aquí una imagen delicada de la situación en que el Papa se encuentra y lo que está haciendo para conducir la nave a buen puerto, en medio de las olas y los remolinos, poniendo de relieve lo esencial de la Iglesia y manteniéndose sereno y constante en el ejercicio de su misión.
Más allá de los logros humanos, las posesiones y la tecnología, señaló que es preciso poner la confianza sólo en Dios, clave de la felicidad y la realización humana, que nos llama a una relación de amor.
En este marco Benedicto XVI recordó la pregunta que Jesús hizo por tres veces a Pedro en la orilla del lago: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Sobre la respuesta afirmativa de Pedro, Jesús pone sobre sus hombros una tarea, la tarea de apacentar su rebaño. “Aquí –señaló el Papa con toda claridad– vemos el fundamento de todo ministerio pastoral en la Iglesia”. Y explicó: “Nuestro amor por el Señor es lo que nos impulsa a amar a quienes él ama, y a aceptar de buen grado la tarea de comunicar su amor a quienes servimos”.
Además, la triple confesión de amor de Pedro era una manera de reparar su triple negativa durante la pasión. De modo que “el diálogo entre Pedro y Jesús subraya la necesidad de la misericordia divina para curar sus heridas espirituales, las heridas del pecado. En cada ámbito de nuestras vidas, necesitamos la ayuda de la gracia de Dios. Con él, podemos hacer todo; sin él no podemos hacer nada”.
La misericordia divina es la medicina contra el pecado. Y la fuerza para seguir adelante es la gracia, es decir, la unión con Dios.
Con el amor de Dios y la confianza en Él, su misericordia y la gracia, los cristianos –como Jesús anunció– cogerían serpientes en su mano y no les pasaría nada. Una víbora mordió la mano de Pablo, “pero –observa el Papa– le bastó sacudírsela y echarla al fuego, sin sufrir daño alguno”.
También hoy las olas zarandean la barca de Pedro y las víboras parecen morder la mano de Pablo. Pero la Iglesia sigue adelante sobre el fundamento de la fe de los apóstoles y con la alegría de comunicar el amor de Dios a la humanidad. Esa es también la misión de todo sacerdote: “La misión confiada al sacerdote –en palabras del Papa inspiradas en otras similares que pronunció en el solemne inicio de su ministerio (24-IV-2005)– es verdaderamente un servicio a la alegría, a la alegría de Dios que quiere entrar en el mundo”. El quinto aniversario de este pontificado se celebra en este contexto de misión y de alegría, en medio de las olas.

Don Calosso, el protector


Era una tarde del año 1825; volvía Juan de Butigliera, alegre aldea próxima a Becchi. Había ido sólo con el piadoso fin de asistir a una Misión que allí se daba, para disponer a los fieles a lucrar el Jubileo del Año Santo, concedido por León XII y extendido ya al orbe católico.

Su porte era grave y sereno; su compostura y recogimiento, llamaron poderosamente la atención de un sacerdote que le seguía: Don José Calosso, capellán a la sazón de la aldea de Murialdo. El sacerdote, haciendo al niño señal de que se le acercara, le preguntó quién era, de dónde venía y por qué siendo de tan corta edad acudía a los sermones de la Misión, añadiendo:

—Seguramente tu madre te habría hecho una plática mejor y más adecuada a tu edad y condición.

Juanito afirmó que, en efecto, las pláticas de su madre eran muy provechosas, pero que a él le agradaba oír a los misioneros; a los cuales entendía perfectamente, y para demostrarlo fue repitiendo al sacerdote, casi literalmente, los sermones oídos punto por punto.

Maravillado el virtuoso capellán de las dotes de ingenio del pequeño, le preguntó emocionado:
—¿Te gustaría estudiar?

—¡Mucho! —replicó Juanito—. Pero no puedo.

—¿Quién te lo impide?

—Mi hermano Antonio, pues dice que estudiar es perder el tiempo; que es mejor que me dedique a las faenas del campo.

—¿Y tú, para qué querrías estudiar?

—Para llegar a ser sacerdote.

—¿Y para qué deseas ser sacerdote?

—Para poder instruir a muchos de mis compañeros que no son malos, pero que llegarán a serlo si nadie se ocupa de ellos.

Don Calosso, conmovido ante semejante manera de razonar, tomó bajo su protección al niño, dándole clase durante los inviernos de 1827 y 1828.

Mas una mañana de otoño de 1830, mientras Juan se encontraba en su aldea nativa visitando a su madre, recibe aviso de volver rápidamente a Murialdo, pues su buen maestro Don Calosso, atacado repentinamente de enfermedad mortal, le llama con urgencia. Voló Juan al lado de su bienhechor, al que encontró desgraciadamente en el lecho, perdido ya el uso de la palabra.

El moribundo pudo reconocer al amado discípulo a quien hizo señal de aproximarse, y haciendo un esfuerzo supremo le consignó una llave que guardaba debajo de la almohada, señalando a la vez la mesa de su escritorio. El discípulo tomó la llave, se arrodilló junto al lecho de su bienhechor y allí permaneció afligido y suplicante hasta que el maestro, el amigo de su alma hubo espirado, sin haber podido articular palabra.

Muerto Don Calosso, llegaron los sobrinos; Juan les entregó la llave recibida de su maestro diciendo:

—Vuestro tío me entregó esta llave indicándome que no se la diera a nadie. Varias personas me aseguran que es mío cuanto bajo ella se contiene, pero Don Calosso nada me dijo expresamente. Prefiero mi pobreza a ser causa de disgustos. Ellos tomaron la llave y cuanto bajo ella había.

La muerte del bienhechor fue un verdadero desastre para Juan. Amaba a Don Calosso tiernamente. Su recuerdo quedó grabado para siempre en su alma, dejando consignados estos sentimientos en sus Memorias con estas palabras:

«Siempre he rogado a Dios por este bienhechor mío, y, mientras viva, no dejaré de rezar por él».

Calendario salesiano de mayo

Canonización de Sto.Domingo Savio en Roma, 1954
6 Santo Domingo Savio, estudiante laico
13 Santa María Mazzarello, religiosa fundadora de las Hijas de María Auxiliadora
16 Canonización de Don Orione (2004)
18 San Leonardo Murialdo, presbítero
24 María Auxiliadora
29 Beato José Kowalski (1911-1942) y compañeros mártires:
Kesy Franciszek, laico (1920-1942); Eduardo Klinik, laico (1919-1942); Jarogniew Wojciechowsk, laico (1922- 1942); Czeslaw Jozwiak,laico (1919-1942); Edward Kazmierski, laico (1919-1942)

¡Sí...Buen Pastor!


por el P. Javier Leoz

SI... BUEN PASTOR!
Que a tus hombros recoges lo bueno y lo mezquino de mi vida.
Que cargas sobre ti la grandeza que te prometí y la pobreza en la que me hundí.

PASTOR...PASTOR BUENO Y PRUDENTE que en los mil caminos de mi vida
me hiciste esquivar aquellos que me conducían al abismo.
Y me enseñaste los otros que ponían delante de mis ojos la alegría y la vida
el encanto y el ensueño, la fe y la esperanza.

¡SI...BUEN PASTOR! y nosotros ovejas de tu rebaño, siguiéndote a horas y por momentos y perdiéndonos cuando Tú más empeñado estabas en seguir sosteniéndonos con tu mano.

¡PASTOR BUENO! ¡SÍ, BUEN PASTOR! en las cañadas donde hoy nos canta y reverdece la primavera, seguimos teniéndote como el compañero que nunca falla, como el Dios que siempre espera, como el Señor que nos tiene preparado al final de nuestra existencia prados donde nunca se hace invierno, fuentes que sacian para siempre al sediento, pan vivo para nunca bajar del cielo...
SÍ. PASTOR BUENO...que conoces una a una, con nombre y apellidos, las almas de los que en ti creemos. Amén.

Me asomaré a tu sepulcro, Señor

por el P. Javier Leoz

ME ASOMARÉ A TU SEPULCRO, SEÑOR.
Y, corriendo más que aquellos que creen, comprenderé que algo grande ha ocurrido.
Que tu vida, por la muerte, no ha quedado encerrada detrás de la fría losa
y que, por lo tanto, la nuestra ha de seguir la misma suerte.
Pero, empújame para no detenerme, porque temo que muchas distracciones del mundo me dejen plantado ante los grandes escaparates, olvidando aquellos valores eternos que Tú nos traes.

ME ASOMARÉ A TU SEPULCRO, SEÑOR.
Como Pedro, que te negó como yo tantas veces te niego; entenderé que, mucho nos ama Dios, cuando desea para mí LA VIDA ETERNA, cuando, me freno para no llegar a la hora del alba y dejo que la Resurrección no sea primera noticia en mi vida.

ME ASOMARÉ A TU SEPULCRO, SEÑOR.
Y, si por lo que sea, en la nada sigo sin ver nada; haz que recuerde aquello a lo que tantas veces me resisto:
que has resucitado entre los muertos,
que vuelves para devolvernos a la vida
y que resucitas para que seamos semilla de eternidad.

ME ASOMARÉ A TU SEPULCRO, SEÑOR.
Y, entonces, sólo entonces me alegraré de haberlo encontrado vacío con vendas y sudario por el suelo, pues, al asomarme y ver todo eso, estaré intuyendo lo que me aguarda en el futuro: ¿Tú has resucitado? ¡También yo resucitaré, Señor! ¡Gracias, Señor!

¡ALELUYA! ¡HA RESUCITADO!

Desfile

octubre 1924:Niñas del Colegio María Auxiliadora de San Isidro

Un poema para el Jueves Santo

por el P. Javier Leoz

TE QUEDAS, SEÑOR
En el pan, para calmar nuestra hambre espiritual
Y, cuando te vemos partir y repartir así la hogaza,
vemos que nos amas
hasta el extremo que tu Cuerpo,
se desangra y se derrama en sangre,
para que, nosotros tus amigos,
tengamos asegurado alimento en nuestro caminar.

TE QUEDAS, SEÑOR
Y, al quedarte entre nosotros,
lo haces como el que siempre sirve y se da.
Como el que, arrodillándose o inclinándose
nos indica que el camino de la humildad
es el secreto para llegarnos hasta Dios
y para mitigar penas y sufrimientos.

TE QUEDAS, SEÑOR
Con un amor tremendamente asombroso
nos enseñas el valor de la fraternidad
la clave para vivir contigo y por Ti.
La llave para, abriendo la puerta de tu casa
contemplar que, el interior de tu morada,
está adornado con el color del amor
y con la entrega de tu Sacerdocio
o con el sacrificio de tu vida donada.

TE QUEDAS, SEÑOR
Para que, sin verte,
te adoremos en tu Cuerpo en tu Sangre.
Para que, al llevar el pan hasta tu altar,
nos acordemos que es signo de tu presencia.
Para que, al repartirlo entre los necesitados,
comprendamos que es sacramento de tu presencia.

TE QUEDAS, SEÑOR
Y nos dejas un mandamiento: ¡Amaos!
Y nos sugieres un camino: ¡El servicio!
Y te quedas para siempre: ¡La Eucaristía!
Y eres, sacerdote que ofrece
Y eres, sacerdote que se ofrece
por toda la humanidad.
Gracias, Señor

La zarza ardiente

por el P. Ramiro Pellitero
Inst. Sup. de Cs. Religiosas
Universidad de Navarra
(
http://www.religionconfidencial.com


La herencia judía –configurada por el Dios vivo–, el alma rusa –transida de cristianismo y de vitalidad–, la historia europea del siglo XX y la cultura occidental –con sus avances y paradojas–, la nostalgia de la niñez y de las tradiciones populares, el sentido profundo de los símbolos, el dominio de la fantasía surrealista, una llamativa capacidad para observar el mundo como una vidriera de intensos y vivos colores. Todo eso se junta en la obra de Marc Chagall (1887-1985), pintor francés, de origen bielorruso, cuyo verdadero nombre era Moishe Shagal.

En el museo nacional de Niza que lleva su nombre, Chagall tiene una colección denominada “mensaje bíblico”. Uno de sus cuadros, de fondo azulado oscuro, representa el encuentro de Moisés con la zarza ardiente, en el monte Horeb. Allí le habla “El que es” para convocarle a su misión de pastor y liberador de su pueblo. Moisés, ataviado con una túnica blanca, está de rodillas, descalzo, adorando el fuego que sale de la zarza. De su cabeza brotan los haces de la luz que –según el libro del Éxodo– llenaba su rostro, por haber hablado con Dios. Sobre la zarza, un ángel en el centro de un círculo coloreado de amarillo, rosa y rojo, corona la escena, como intermediario entre la llamada de Moisés, a la derecha, y la ejecución de su misión, del otro lado: Moisés de nuevo, con la faz de un amarillo resplandeciente, con un manto largo que representa –¡allí están todos ellos diminutamente constituyendo ese manto!– la multitud del Pueblo de Israel atravesando el Mar Rojo a la salida de Egipto, siguiendo a Moisés que camina hacia las tablas de la Ley.

Cualquiera que haya oído hablar de esa escena y la contemple ahora así, necesita el silencio para observar y escuchar (“lo que hemos visto y oído”, dice San Juan en su Evangelio) un mensaje que, en perspectiva cristiana tiene a Jesús por centro. Él es “el nuevo Moisés”, dice once veces Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret”. En efecto, Jesús es el que habla cara a cara siempre con Dios; el que libera a la humanidad definitivamente; el que le da el “pan del cielo” (la Eucaristía) que la alimenta por el desierto de la vida; el que calma su sed con el “agua viva” (la gracia), que surge de esa roca que es la fidelidad de Dios a sus promesas, encarnadas en Cristo. Cristo nos entrega además el nuevo Decálogo de los Mandamientos, no sólo como resumen de la Ley Natural, sino perfeccionado con las Bienaventuranzas, que son el vivo retrato suyo y del cristiano.

Si ya el encuentro con las personas, decía Congar, es un gran misterio, cuánto más los encuentros de cada uno con Dios, antes o después, siempre en toda vida. ¿Cómo se inscriben en sus designios de salvación? ¿Qué papel ocupan en esos designios? ¿Cómo de esos encuentros –de la llamada interior que un alma experimenta, quizá desde niño o en sus años jóvenes, o de repente en una edad avanzada– depende tal vez el destino de otros muchos? ¿Cómo el fuego del Amor –el Espíritu Santo– se las arregla para llamarnos la atención, como a Moisés, y decirnos que sí, que Dios cuenta con nosotros de modo personalísimo, y que en el concierto inmenso de la historia espera que suene nuestra melodía cuando toque –si queremos, claro está–?

Especialmente la cuaresma es tiempo de vigilancia, de estar alerta, con la oración y la justicia, que es consecuencia de la oración, porque es dar “a cada uno lo suyo” en el sentido más profundo. Primero dar “lo suyo” a Dios: el amor, el respeto, la adoración. Y dar a los demás también lo suyo, que seguro tiene que ver con lo “nuestro”, con lo de Dios y lo de todos. Pues, como predicaba Josemaría Escrivá, “todos los caminos de la tierra pueden ser ocasión de un encuentro con Cristo, que nos llama a identificarnos con Él, para realizar –en el lugar donde estamos– su misión divina”.

Don Bosco decía...

San José, habiendo tenido la suerte envidiable de morir asistido por Jesús y María, se nos presenta como Protector de los moribundos. Seamos pues, devotos de él durante nuestra vida, si queremos tenerlo como nuestra ayuda a la hora de la muerte. San José que pasó su vida en la humilde oscuridad, es el modelo de la santidad interior.

Jugando en la plaza

Adapt. de "Un gran Educador", por A. Auffray


-Vea, Eminencia, imposible educar bien a la niñez si no se tiene su confianza, su amor.
-Pero, ¿cómo ganarla?, pregunta el Cardenal Tosti.
-Haciendo lo imposible para atraernos los niños hacia nosotros, rompiendo todos los obstáculos que los tienen alejados.
-¿Y cómo proceder para atraérnoslos?
-Acercándonos nosotros a ellos, Eminencia; procurando plegarnos a sus gustos, hacernos semejantes a ellos.¡Quiere más, quiere que tras la teoría pasemos a la práctica? Dígame ¿en qué lugar de Roma puedo encontrar un buen grupo de niños?
-Plaza de las termas o plaza del Pueblo.
-Bien, vayamos a la plaza del Pueblo.

Se da la orden al cochero y diez minutos después están allí. Don Bosco baja de la carroza y el cardenal se queda dentro atisbando.

Un grupo de pilletes se halla en la plaza en pleno juego. Cuando Don Bosco se acerca todos echan a correr. Pero Don Bosco no se da por venido. Con un ademán lleno de bondad, con palabras que son todo afecto, llama a esos niños. Después de algún titubeo, algunos vienen lentamente hacia él. Don Bosco les hace un pequeño regalo, les pregunta acerca de ellos, de sus familias, su escuela, su juego. Al ver a este sacerdote bonachón en medio de sus camaradas los más huraños vuelven.
-Vamos, niños-dice Don Bosco-, vuelvan ahora a su juego y dejen que yo tome parte en él. Y levantándose un poco la sotana entra en el juego.
El espectáculo atrae de los cuatro ángulos de la plaza a otros que callejean por allí. Don Bosco los acoge a todos con su bondad, les dice una palabra amable, les ofrece una medalla, y con dulzura, les pregunta si rezan y si se confiesan.

Cuando deja la partida, todos intentan retenerlo, pero él no quiere que el cardenal espere demasiado. Entonces, aquellos niños ganados en un cuarto de hora por la caridad del humilde sacerdote, le hacen un séquito de honor hasta el coche, y éste, cuando arrancó, lo hizo entre dos filas de pequeños romanos que aplaudían a más no poder.

-¿Vió, su Eminencia?
Y el cardenal no pudo menos que admirar cómo, en poco minutos, el santo había conquistado a aquellos pilletes.

Don Bosco decía...

Hay que usar gran amabilidad con los muchachos; tratarlos bien. Esta bondad en el trato y esta amabilidad sean la nota distintiva de todos los educadores, sin excepción. Entre todos conseguirán y conquistarán a cada uno, y bastará uno para alejarlos a todos.
¡Cuánto se encariña un joven, si le trata bien! Se pondrá en manos de sus educadores y amará siempre al colegio en que se ha formado
.

Calendario salesiano de marzo

B. Artemide Zatti


12 Don Luis Orione (1872-1940)
15 Artémides Zatti (1880-1951)

Calendario salesiano de febrero

S. Callisto Caravario
25 San Luis Versiglia, mártir (1873-1930)
San Callisto Caravario, mártir (1903-1930)

El rostro de Laurita Vicuña


El peritaje policial que logró la identificación de Laura Vicuña
por Gustavo Villavicencio
Fuente: Diario El Mercurio
Chile, 11 de febrero de 2010

El Departamento de Criminalística de Carabineros recibió hace cinco meses un set de fotografías de parte de la Fundación Laura Vicuña para que fueran sometidas al análisis topográfico facial que revelaría, finalmente, la verdadera imagen de la beata.

El resultado del estudio -que se encuentra en poder de las religiosas salesianas- todavía se mantiene en absoluta reserva en Chile. La investigación se plasmó en 49 páginas y culminó con la sorprendente revelación de que el rostro conocido no correspondía al de Laura Vicuña.

El jefe del Departamento de Criminalística de Carabineros (Labocar), teniente coronel Gustavo Harcha, detalló que "en esta investigación se ocuparon elementos tecnológicos y profesionales de diferentes áreas: antropología, informática y retratistas. Mediante la comparación de imágenes de la topografía facial se lograron determinar características especiales y así verificar los grados de similitud o discrepancia".

Según Harcha, cada una de las fotografías recibidas fue analizada computacionalmente. Además, se elaboró un retrato hablado sobre la base de cinco testimonios de quienes conocieron a la beata, y que la describen como "una niña de cara pequeña y redondita; al principio algo flacucha, pero siempre sonriente y afable, cuerpo de estatura regular para su edad... de piel blanca".

Todos estos aportes probatorios permitieron verificar las similitudes y discrepancias, y así llegar a identificar de entre un grupo de alumnas del Colegio María Auxiliadora de Junín de los Andes a Laura Vicuña y su verdadero rostro.

Asimismo, se realizó un estudio general de los elementos que estaban a la vista. Entre otros aspectos, se estudiaron las comisuras de los labios, la forma de las cejas, la inserción del cabello y la forma de la nariz y los ojos. Así, el informe describe que su cara era redonda y fina; su piel, blanca; sus cejas, finas hacia atrás; el pelo, oscuro, casi siempre tomado y levemente ondulado; su ceño fruncido; sus ojos grandes, oscuros y de mirada profunda; su nariz pequeña, y su cabeza inclinada a la derecha.

El jefe de Labocar no opinó respecto de la imagen previamente difundida de Laura Vicuña (dibujada por el artista italiano Cafaro Rore). Sólo se refirió a lo conocido en la investigación. "Hay que dejar en claro que no es una comparación de personas. Nosotros, con todos los elementos que contamos, tenemos que formar una imagen, que es la que aporta este informe", comentó Harcha.

El resultado de la investigación fue entregado hace un mes a la solicitante: la Fundación Laura Vicuña, que aún se reserva los derechos de hacer público el informe. No obstante, la carta de solicitud del peritaje a Carabineros subraya que la idea era comunicar los resultados de la investigación al Vaticano y a toda la Iglesia en el mundo.

En Argentina sólo lo conocen las salesianas, que están radicadas en Junín de los Andes, y que ya comenzaron a imprimir estampas con las dos fotografías y la lectura: "Laura Vicuña, ayer y hoy".

Sufrimiento y solidaridad en Haití


Carta de la Inspectora de Haití
Hna. Marie Claire Jean
Inspectoría Na.Sra. del Perpetuo Socorro


Desde la comunidad de La Descubierta (República Dominicana) , la más cercana a la frontera haitiana, cuenta lo que las Hermanas Salesianas han vivido en estos dramáticos días.

Doy gracias al Señor que puedo escribir este mensaje hoy. Le agradezco a usted, Madre, y a todo el Instituto que está pensando en nosotras en Haití en este momento; doy las gracias a nuestras Hermanas de la Inspectoría cercana de las Antillas que han venido a constatar lo que ha ocurrido aquí y a compartir con nosotras este triste tramo de historia que estamos viviendo. Es verdaderamente triste e inédito lo que ha ocurrido. Como ha oído por la prensa en todas partes, sobre todo en Port-au-Prince, hay centenares de casas derrumbadas a causa del seísmo, personas desaparecidas bajo los escombros. No he podido comunicarme con las otras casas de la Inspectoría , fuera de la ciudad de Port-au-Prince, excepto con Hinche de la que las Hermanas llegaron ayer y nos han asegurado que allí están todas bien. Las otras, esperamos que también sea así.

En Port-au-Prince algunas de nuestras casas han sufrido muchos daños, pero gracias a Dios todas hemos salvado la vida, ninguna está herida. Las casas más afectadas son las de la comunidad María Auxiliadora y Petion-Ville donde las escuelas han recibido duros golpes; en María Auxiliadora la parte de la escuela secundaria está totalmente derribada, providencialmente las muchachas ya se habían ido. En Petion-Villa la casa tiene grandes lesiones, en la parte de la escuela ya no se podrán utilizar aquellas aulas y buena parte de la casa ocupada por la comunidad ha caído. Una Hermana joven, Piard Matilde, ha sido hospitalizada por una herida en el tobillo pero ya ha sido dada de alta. La portería y la parte anterior de la capilla también han caído.

Los Salesianoshan tenido duros golpes: su casa de ENAM está completamente destruida. Un hermano SDB y dos clérigos han quedado bajo los escombros. Por todas partes la comunicación es inexistente, excepto algunas emisoras de radio que funcionan. Ni Internet, ni la electricidad, poca agua. Los hospitales están llenos de gente, tienen poca capacidad de acogida, los muertos están todavía por la calle, no se sabe adonde llevarlos, la gente pasa día y noche en las calles, aún no se puede ir a las casas que se han quedado en pie, y muchas personas ya no tienen casas. Muchos edificios públicos están destruidos: el palacio nacional, la catedral, el palacio de los ministros, muchos bancos, estaciones de servicio para la gasolina, universidad, casas privadas, etc. Gracias a usted Madre y a todas las Hermanas que nos sostienen con el afecto y la solidaridad.

Los salesianos y el terremoto de Haití

P. Attilio Stra: "Estoy vivo de milagro"

Doscientos alumnos salesianos habrían fallecido en terremoto, afirma sacerdote sobreviviente
MADRID, 15 Ene. 10 (ACI).-El sacerdote salesiano Attilio Stra, uno de los sobrevivientes del terremoto en Haití, señaló vía correo electrónico que los más de 200 alumnos del destruido colegio de Don Bosco en Puerto Príncipe "se deben considerar como muertos junto con algunos del personal laico".
La oficina de prensa de los salesianos señaló que en el correo electrónico el P. Stra afirmó que el terremoto acabó con "la obra San Juan Bosco de Puerto Príncipe y las pequeñas escuelas de Padre Bonhem confiadas a los salesianos".
Asimismo, se informó que durante el sismo el también sacerdote salesiano, P. Olibrice Zucchi, logró salvarse al lanzarse "por una ventana de la oficina en el cual estaba trabajando".



Estudiantes de teología salesianos fallecieron en terremoto
PUERTO PRÍNCIPE, 15 Ene. 10 (ACI).- Miembros de la Orden Salesiana en República Dominicana informaron que los estudiantes de teología Atsime Wilfrid yVibrun Valsaint fallecieron bajo los escombros del Instituto de Filosofía San Francisco de Sales de la capital haitiana.
El centro de Misiones Salesianas de New Rochelle (NuevaYork) está coordinando la ayuda e intenta entrar en el país para establecer comunicación con las obras de Haití y coordinar las ayudas que, desde todo el mundo salesiano, se estánya recogiendo para los damnificados.
Desde Santo Domingo, el salesiano español Juan Linaresexplicó que "hemos tratado de comunicarnos con los salesianos de Haití pero hasido imposible. Posiblemente irá alguno de la casa provincial en un helicóptero a Haití para hablar con los Salesianos y conocer sus necesidades. Llevan también algunos móviles con la finalidad de que los salesianos se puedan comunicar".
Son 66 los salesianosque trabajan en Haití. Distribuidos en nueve comunidades, animan y coordinan diversas presencias dedicadas a la acogida y educación de los jóvenes más pobres, chicos de la calle y en situación de alto riesgo.
Por su parte, las Hijas de María Auxiliadora informaron que se encuentran bien, aunque las obras sí sufrieron daños. La Superiora Sor Marie Claire señaló que "hace falta de todo: alimento, agua, medicinas. Nos sentimos muy cercanas a todas ellas y a nuestros hermanos Salesianos que desde hace tres días están por la calle, por los patios, para ayudar y sostener a la población".
Las Salesianas en Haití están presentes en 14 comunidades, con 79 religiosas, atendiendo también escuelas, internados, orfanatos, centros de promoción, acogida para los niños de la calle, centros de alfabetización y formación profesional, oratorios y centros juveniles.