Cónica del encuentro....

....entre el P. Buela y Don Pietro Braido
por el P. Ernesto Caparrós, ive.
Fuente: Boletín Vox Verbi Nº 344



El día 19 de junio 2006, a las 10 de la mañana tuvo lugar una visita del padre Buela (Fundador del Instituto del Verbo Encarnado) a don Pietro Braido, sacerdote salesiano de 87 años, escritor. Lo acompañábamos los padres Diego Pombo y Ernesto Caparros.

Para poder entender este singular y breve encuentro es necesario hacer alusión a la historia de cómo fue redactado nuestro Directorio de Oratorio :

El padre Buela encuentra un libro (en Buenos Aires) que usa como texto guía para la redacción del Directorio de Oratorio. Este libro había sido publicado en Guatemala con el titulo de “Sistema educativo de Don Bosco” , y tiene justamente como autor a don Pietro Braido.

Después de fotocopiar el capítulo que se refiere a los oratorios el libro es colocado en la biblioteca del Seminario Mayor de San Rafael. Al terminar la redacción del Directorio se lo busca para poder colocar las referencias del autor y del libro, pero infructuosamente: ¡el libro había desaparecido! Es por eso que en las citas se coloca un nombre presunto, Pablo Zivac.
Durante varios años (doce) el padre Buela insiste y pide que se busque el libro en distintas instancias y lugares, tenía presente en su memoria que la editorial era guatemalteca. Incluso escribió o mandó pedir referencias varias veces a Guatemala.

Será el padre Gabriel Barros quien pocos meses atrás inicia una búsqueda en la inmensa biblioteca del Ateneo Salesiano de Roma, llevando las fotocopias usadas para la redacción del Directorio. Con la ayuda del padre Picca, sacerdote salesiano argentino (director de la biblioteca que se muestra gentil y muy disponible con p. Barros) inicia una búsqueda entre los mil libros escritos sobre el tema del oratorio festivo.

El libro finalmente es encontrado resultando ser justamente la traducción al español de una edición italiana de “Il sistema preventivo di don Bosco” . II edizione, 1964, publicación del Instituto superior de Pedagogía del Pontificito Ateneo Salesiano (Roma). Es en ese momento cuando padre Picca da a conocer que el autor, ya anciano y enfermo, todavía vive y reside en el mismo Ateneo .

Al tomar conocimiento de ello, padre Buela pide una cita con dicho sacerdote.
El encuentro, entonces, del 19 de junio aunque breve fue particularmente interesante: allí el padre Buela cuenta a don Pietro la historia sobre el Directorio de Oratorio (a la cual sintéticamente he hecho referencia) y le agradece el bien que nos ha hecho con su libro, “gracias a usted nosotros sabemos hacer Oratorios” y “en nuestro oratorios vemos notables mejoras en los jóvenes incluso mas difíciles; también tenemos ya las primeras vocaciones religiosas”.

Don Pietro, sacerdote humilde, inteligente y de una notable lucidez (todavía escribe), se alegró notablemente por el agradecimiento recibido. Nos cuenta que el motivo de la publicación de ese libro fue para poder recibir un título que lo acredite como pedagogo en el Ateneo Salesiano al cual había sido destinado como profesor cincuenta años atrás; ese libro fue el fruto de sus estudios personales durante varios años de trabajo en Oratorios.

Don Pietro regala al padre Buela un valioso material: un trabajo crítico sobre “las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales” (pequeño libro escrito por Don Bosco) y dos trabajos sobre la historia de los oratorios salesianos desde la muerte de San Juan Bosco hasta el periodo fascista. Nos cuenta, también, que está preparando otros dos trabajos historiográficos sobre los Oratorios salesianos: el período de la segunda guerra mundial y el periodo posterior.

Al terminar el diálogo con don Pietro, ya dirigiéndonos a la Procura , el padre Buela dice una frase que sintetiza el valor de la acción realizada: “Hemos cumplido un deber de justicia y de caridad… el sacerdote tiene que ser un hombre agradecido…de lo contrario con el pasar de los años puede fácilmente volverse insensible”.

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