Don Bosco decía...
San José, habiendo tenido la suerte envidiable de morir asistido por Jesús y María, se nos presenta como Protector de los moribundos. Seamos pues, devotos de él durante nuestra vida, si queremos tenerlo como nuestra ayuda a la hora de la muerte. San José que pasó su vida en la humilde oscuridad, es el modelo de la santidad interior.
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