Pan de Vida eres, mi Señor

por el P. Javier Leoz
Pasaste a mi lado, y me dijeron que tan sólo era un sueño, un espejismo en medio del desierto de mi vida. Escuche una voz, y me aseguraron, que tan sólo se trataba del eco de la mía. Que, tu voz, era eso: una imaginación, que no hiciera caso, que me dejara guiar por los gritos simplistas del mundo.
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Entonces, elevé mis ojos hacia el cielo, y me pareció ver como llovían manjares, vida, esperanza, ilusión y gracia. Pero, otros, desviaron mi atención.
Me afirmaron, que aquello, era simple lluvia de estrellas, invención de mi mente, deseos de tener lo que nunca se alcanza.
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Pero, te confieso, Señor, que, de todos mis sueños, anhelo el día de encontrarme contigo. Que de todas voces que escucho, la tuya es la que sólo me conforta, auténtica, la más noble y verdadera.
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

Que, de todo lo sabroso que existe en el mundo, no hay nada mejor ni más bueno que el Pan y el Vino que Tú nos ofreces. Porque muy bien se, mi Señor,
que tu manjar es alimento para ahora y después; que tu Cuerpo y Sangre
me llenan, plenifican y me levantan, cuando el mundo me abandona y me olvida. Por todo eso, señor, y por muchas cosas más:
PAN DE VIDA ERES, MI SEÑOR.

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