El Cuadro


En 1865 Don Bosco encarga al pintor Tomás Lorenzone un cuadro de María Auxiliadora para la Basílica de Turín. Al cabo de tres años de trabajo, la obra fue colocada en el Altar Mayor. De siete metros de altura, es una representación plástica del título de María Madre de la Iglesia: María por ser la Madre del Hijo de Dios es la Reina del cielo y de la Tierra y toda Iglesia, representada por los Apóstoles y los Santos, la aclaman Madre y Auxiliadora Poderosa.

Al decir del propio Don Bosco, en el centro “resalta la Santísima Virgen en un Mar de Luz y Majestad; un coro de Ángeles la rodea y la rinde pleitesía como su Reina; su mano derecha aprieta un cetro símbolo de su poder; en la izquierda sostiene al niño Jesús, que tiene los brazos abiertos, como ofreciendo sus Gracias y Misericordia a quien recurre a su Augusta Madre". Llama la atención el gran manto que cubre a la Virgen, el cual fue pintado así por deseo expreso de Don Bosco: "Para que muchas almas puedan sujetarse de él y sean salvadas".

Alrededor de la Madre de Dios están los doce apóstoles y los evangelistas. Algunos apóstoles tienen en su mano el instrumento con que los martirizaron o algún símbolo que los identifique.
Al centro de pie está San Pedro con las llaves del paraíso y San Pablo con la espada. Rodeándolos los cuatro evangelistas, que, al decir del propio Don Bosco, "contemplan atónitos a su Reina como exclamando: Regina Apostolorum Ora Pro-Nobis": San Juan, con la copa de veneno y el águila; San Marcos sentado sobre un león; San Lucas sentado sobre un buey y San Mateo con el ángel. Al lado derecho de la Virgen, los apóstoles Santo Tomás con la lanza, San Bartolomé con el puñal, San Matías y San Simón; y al lado izquierdo los demás apóstoles: San Santiago el Mayor, San Felipe, San Andrés con la cruz en forma de X, San Judas Tadeo con el hacha y San Santiago el Menor.

Sobre la cabeza de la Virgen, está la paloma que simboliza al Espíritu Santo, y el Ojo que significa el Padre Celestial.

Al fondo del cuadro se ve la ciudad de Turín, con el Santuario de Valdocco en primer plano y a lo lejos la colina de Superga a cuyo templo mariano iba tantas veces en peregrinación Don Bosco.

A los pies del cuadro El 18 de abril de 1859 el Arzobispo de Turín declara canónicamente la Piadosa Asociación de María Auxiliadora para irradiar en el mundo la devoción a la Santísima Virgen invocada bajo este título.

Con el breve del 5 de abril de 1870, Pío IX la elevo a Archicofradía, y rápidamente se extendió por todas las partes del mundo. Su Santidad León XIII, aprobó la gracia de poder agregar válida y lícitamente a la Archicofradía existente en Turín, todas las asociaciones que surgieran en cualquier parte del mundo con el mismo título y la misma finalidad.

El 17 de mayo de 1904 el cardenal Agostino Richelmy, por delegación expresa del Papa León XIII, coronó canónicamente a María Auxiliadora. El joyero Antonio Carmagnola preparó la corona del niño Jesús y de la Virgen en oro fijo, amarillo opaco, obtenido de la fusión de anillos, pendientes, cadenitas y objetos semejantes enviados por los devotos de María Auxiliadora. La parte superior de la corona remata en una estrella para recordar la expresión de san Bernardo: “Mira la estrella, invoca a María.”

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