por Mons. Francesc Pardo i Artigas
Obispo de Girona
Este domingo 16 de agosto, se cumple el segundo centenario del nacimiento de Don Bosco, san Juan Bosco, pese a que él lo celebraba el día 15, consagrado a la Asunción de María al Cielo.
Don Bosco, sacerdote, fue el impulsor y el motor de una gran tarea educativa y pastoral dirigida a los jóvenes más abandonados de los suburbios de la ciudad italiana de Turín. Lo hizo a partir de una institución de estilo pedagógico propio: el oratorio festivo.
Su personalidad atraía a los jóvenes. Su estilo de educar era un tanto personal. Fundó, para que colaborasen con él y continuasen la misión, los Salesianos (sociedad de san Francisco de Sales) y las Hijas de María Auxiliadora.
Don Bosco viajó a Barcelona los meses de abril y mayo de 1886 para visitar especialmente los talleres salesianos de Sarriá, que habían iniciado su actividad unos dos años antes.
Don Bosco se hospedó en Girona, en Casa Carles, actual sede central de nuestro obispado, en su regreso a Turín. Le visitó el obispo de Girona, en aquel momento el obispo Tomás Sivilla Gener. No fue una visita sin consecuencias, ya que, pese a que solo duró unas horas, las semillas sembradas pronto dieron un fruto que ha seguido hasta hoy.
En el barrio gerundense de Pedret se inició un oratorio festivo que se convertiría en internado con escuela agrícola y escuela normal. El año 1901 se inauguró el santuario de María Auxiliadora.
Aquella escuela se convertiría en seminario, noviciado, centro de formación filosófica y seminario menor Salesiano hasta 1977. Desde aquel año permanece en Girona una pequeña comunidad salesiana que desde 1980 asume la responsabilidad pastoral de Santa Eugenia de Ter, con una atención especial hacia los jóvenes que tienen más dificultades en afrontar la complejidad de la vida.
Me han impresionado algunos consejos y pautas que he hallado en cartas y escritos de Don Bosco, que ofrecen una muestra de su personalidad y de su método profundamente evangélico, a semejanza de Cristo, el Buen Pastor:
- “Yo siempre he trabajado con amor”.
- “Cuantas veces he tenido que convencerme de esta gran verdad: es más fácil enfadarse que tolerar, más fácil amenazar a los jóvenes que persuadirlos; llegaré a decir que a nuestra impaciencia y a nuestra soberbia les resulta más fácil castigar a los jóvenes rebeldes que corregirlos con paciencia suave y firme a la vez”.
- “Procurad que nadie pueda creer que os dejáis llevar por el apasionamiento”.
- “Cuando reprimamos sus errores… que en nuestra alma no haya excitación, que en nuestros ojos no haya menosprecio, que en nuestra boca no haya mofa, antes al contrario, que haya misericordia y esperanza de cara al futuro”.
- “Si las circunstancias son graves, es preferible orar a Dios con humildad que no dejar correr un río de palabras que, ofendiendo el alma de quienes las escuchan, no son de provecho a quienes se han comportado mal”.
Don Bosco es un regalo del Espíritu y muestra la verdad del Evangelio, de todo lo que Jesús nos ofrece, para transformarnos y, así, transformar las personas y la historia.
Celebrar este bicentenario es motivo de esperanza. Constatamos con frecuencia los aspectos más negativos de la historia humana, experimentamos la malicia y las fragilidades. Pero los santos y Don Bosco son una muestra de la dimensión más positiva y bella de la historia humana. Él supo manifestar y ayudar a los jóvenes a vivir el amor, la bondad y la liberación de nuestro Dios.
También debemos agradecer a los Salesianos, que continúen la misión de su fundador, todo lo que han hecho y hacen a favor de nuestra sociedad, nuestra Iglesia, y muy especialmente en la ciudad de Girona.
Que el recuerdo de Don Bosco nos ayude a ser mejores educadores y comunicadores de la fe.
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