por el P. Javier Leoz
SI... BUEN PASTOR!
Que a tus hombros recoges lo bueno y lo mezquino de mi vida.
Que cargas sobre ti la grandeza que te prometí y la pobreza en la que me hundí.
Que a tus hombros recoges lo bueno y lo mezquino de mi vida.
Que cargas sobre ti la grandeza que te prometí y la pobreza en la que me hundí.
PASTOR...PASTOR BUENO Y PRUDENTE que en los mil caminos de mi vida
me hiciste esquivar aquellos que me conducían al abismo.
Y me enseñaste los otros que ponían delante de mis ojos la alegría y la vida
el encanto y el ensueño, la fe y la esperanza.
¡SI...BUEN PASTOR! y nosotros ovejas de tu rebaño, siguiéndote a horas y por momentos y perdiéndonos cuando Tú más empeñado estabas en seguir sosteniéndonos con tu mano.
¡PASTOR BUENO! ¡SÍ, BUEN PASTOR! en las cañadas donde hoy nos canta y reverdece la primavera, seguimos teniéndote como el compañero que nunca falla, como el Dios que siempre espera, como el Señor que nos tiene preparado al final de nuestra existencia prados donde nunca se hace invierno, fuentes que sacian para siempre al sediento, pan vivo para nunca bajar del cielo...
SÍ. PASTOR BUENO...que conoces una a una, con nombre y apellidos, las almas de los que en ti creemos. Amén.