por M. Lourdes Amador de Moscoso
Comunicación al Primer Encuentro Mundial de Familia ADS
Caracas Venezuela
mayo 2008
Hace aproximadamente ocho años y medio, fui invitada a ser Dama Salesiana, nunca había oído hablar de lo que eran las Damas Salesianas, pero me ofrecieron muchas cosas que me resultaron atrayentes y tomé la decisión de conocer qué era la ADS y quienes eran las DS.
Entre las cosas que me entusiasmaron en aquel momento fue la posibilidad de realizar una LABOR SOCIAL, pero sobre todo que tendría FORMACION, ESPIRITUALIDAD y que era una ORGANIZACIÓN ESTABLECIDA con un caminar de muchos años, por lo tanto, no nos tocaría inventar nada sino solamente seguir los pasos que ya muchas habían recorrido.
Nos dijeron que el ser DS era vivir nuestro compromiso bautismal y que en el IDEARIO encontraríamos todo lo que necesitamos saber sobre la ADS.
Efectivamente el Ideario, en el artículo 1 nos dice quien es la Dama Salesiana.
“LA DAMA SALESIANA ES UNA MUJER LAICA, CATÓLICA, EN CONTINUO CRECIMIENTO, EMPRESARIA DEL REINO DE DIOS, COMPROMETIDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO NUEVO SEGÚN EL EVANGELIO, QUE QUIERE RESPONDER AL PLAN DE DIOS Y A LAS NECESIDADES HUMANAS, SUMANDO CONTINUAMENTE NUEVAS SOCIAS COMO OBJETIVO FUNDACIONAL”.
Como cristianas nuestro mayor interés es comprometernos con Dios. La ADS nos ofrece un camino, que muchas lo aceptamos como un reto, sin imaginar siquiera lo que eso implicaría en nuestra vida.
Siguiendo con el estudio del Ideario encontramos la misión de la DS, la cual muchas veces la aprendemos de memoria para redactar cartas, para hablar de la ADS y luego para tomar conciencia de qué es lo que debemos hacer si queremos ser verdaderas DS. El Ideario en su artículo 39 dice:
“LA MISION DE LA ADS ES EVANGELIZAR DESDE LA PROMOCION HUMANA CON EL FIN DE CONSTRUIR LA CIVILIZACION DEL AMOR, ES UN CAMINO DE SANTIDAD QUE SE REALIZA DESARROLLANDO, EN COMUNION CON LAS OTRAS FUERZAS VIVAS DE LA IGLESIA, UN PROYECTO INTEGRAL DE PROMOCION HUMANA, NUEVA EVANGELIZACION Y CULTURA CRISTIANA.
EL CRITERIO ORATORIANO INSPIRA NUESTRA MISION, GRACIAS A LA VIVENCIA DEL SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO, QUE ABRAZAMOS PLENAMENTE, TODOS NUESTROS CENTROS SON CASAS QUE ACOGEN, DISPENSARIOS QUE EVANGELIZAN Y PATIOS DONDE ENCONTRARSE COMO AMIGOS Y COMPARTIR LAS PEQUENAS ALEGRIAS QUE OFRECE LA EXISTENCIA DE CADA DIA”.
Lo que al principio es solamente una frase, poco a poco la vamos interiorizando y entendemos que como laicas comprometidas debemos evangelizar y que la ADS nos pide que lo hagamos por medio de la Promoción Humana.
Descubrimos que si estamos en la ADS no es por una decisión personal, sino que es una elección de Dios, una invitación de Él, que nos llama y nos pide que aceptemos su llamado. El cuenta con nosotros, con nuestra generosidad, se manifiesta de muchas maneras, nos enamora hasta que le decimos:
“Me sedujiste Señor y me dejé seducir, me formaste y me venciste”(Jer. 20,7).
Juan Pablo II decía: “Dios capacita a los escogidos, no escoge a los capacitados”.
Aceptamos nuestra vocación damasalesiana y empezamos un nuevo y maravilloso caminar.
OPTANDO POR LA VOCACIÓN DS DAMOS AL SEÑOR UN SI DEFINITIVO, SALIMOS DEL YO Y NOS ADENTRAMOS EN EL NOSOTRAS, PARA ENTREGARNOS A TODOS. NUESTRA VOCACIÓN ES UNA VOCACIÓN DE SERVICIO A DIOS EN EL HOMBRE A TRAVÉS DE LA PRÁCTICA DE LA MAYOR DE LAS VIRTUDES, LA CARIDAD, PUESTO QUE NUESTRO FUNDAMENTO ES CRISTO: EL MISMO AYER, HOY Y SIEMPRE (ID. 23)
Entre las cosas que me entusiasmaron en aquel momento fue la posibilidad de realizar una LABOR SOCIAL, pero sobre todo que tendría FORMACION, ESPIRITUALIDAD y que era una ORGANIZACIÓN ESTABLECIDA con un caminar de muchos años, por lo tanto, no nos tocaría inventar nada sino solamente seguir los pasos que ya muchas habían recorrido.
Nos dijeron que el ser DS era vivir nuestro compromiso bautismal y que en el IDEARIO encontraríamos todo lo que necesitamos saber sobre la ADS.
Efectivamente el Ideario, en el artículo 1 nos dice quien es la Dama Salesiana.
“LA DAMA SALESIANA ES UNA MUJER LAICA, CATÓLICA, EN CONTINUO CRECIMIENTO, EMPRESARIA DEL REINO DE DIOS, COMPROMETIDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO NUEVO SEGÚN EL EVANGELIO, QUE QUIERE RESPONDER AL PLAN DE DIOS Y A LAS NECESIDADES HUMANAS, SUMANDO CONTINUAMENTE NUEVAS SOCIAS COMO OBJETIVO FUNDACIONAL”.
Como cristianas nuestro mayor interés es comprometernos con Dios. La ADS nos ofrece un camino, que muchas lo aceptamos como un reto, sin imaginar siquiera lo que eso implicaría en nuestra vida.
Siguiendo con el estudio del Ideario encontramos la misión de la DS, la cual muchas veces la aprendemos de memoria para redactar cartas, para hablar de la ADS y luego para tomar conciencia de qué es lo que debemos hacer si queremos ser verdaderas DS. El Ideario en su artículo 39 dice:
“LA MISION DE LA ADS ES EVANGELIZAR DESDE LA PROMOCION HUMANA CON EL FIN DE CONSTRUIR LA CIVILIZACION DEL AMOR, ES UN CAMINO DE SANTIDAD QUE SE REALIZA DESARROLLANDO, EN COMUNION CON LAS OTRAS FUERZAS VIVAS DE LA IGLESIA, UN PROYECTO INTEGRAL DE PROMOCION HUMANA, NUEVA EVANGELIZACION Y CULTURA CRISTIANA.
EL CRITERIO ORATORIANO INSPIRA NUESTRA MISION, GRACIAS A LA VIVENCIA DEL SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO, QUE ABRAZAMOS PLENAMENTE, TODOS NUESTROS CENTROS SON CASAS QUE ACOGEN, DISPENSARIOS QUE EVANGELIZAN Y PATIOS DONDE ENCONTRARSE COMO AMIGOS Y COMPARTIR LAS PEQUENAS ALEGRIAS QUE OFRECE LA EXISTENCIA DE CADA DIA”.
Lo que al principio es solamente una frase, poco a poco la vamos interiorizando y entendemos que como laicas comprometidas debemos evangelizar y que la ADS nos pide que lo hagamos por medio de la Promoción Humana.
Descubrimos que si estamos en la ADS no es por una decisión personal, sino que es una elección de Dios, una invitación de Él, que nos llama y nos pide que aceptemos su llamado. El cuenta con nosotros, con nuestra generosidad, se manifiesta de muchas maneras, nos enamora hasta que le decimos:
“Me sedujiste Señor y me dejé seducir, me formaste y me venciste”(Jer. 20,7).
Juan Pablo II decía: “Dios capacita a los escogidos, no escoge a los capacitados”.
Aceptamos nuestra vocación damasalesiana y empezamos un nuevo y maravilloso caminar.
OPTANDO POR LA VOCACIÓN DS DAMOS AL SEÑOR UN SI DEFINITIVO, SALIMOS DEL YO Y NOS ADENTRAMOS EN EL NOSOTRAS, PARA ENTREGARNOS A TODOS. NUESTRA VOCACIÓN ES UNA VOCACIÓN DE SERVICIO A DIOS EN EL HOMBRE A TRAVÉS DE LA PRÁCTICA DE LA MAYOR DE LAS VIRTUDES, LA CARIDAD, PUESTO QUE NUESTRO FUNDAMENTO ES CRISTO: EL MISMO AYER, HOY Y SIEMPRE (ID. 23)
Además, nos dice:
“Nuestra vocación es un ideal de signo cristiano y salesiano para santificarnos en los quehaceres cotidianos al luchar por la renovación del mundo según Cristo”. (Id. 24)
Nos comprometemos con Dios, le damos un SI definitivo. Esto implica un cambio en nuestra vida, lo cual lo manifestamos en nuestra Promesa.
La Promesa no es un voto, ni una consagración religiosa. Es una palabra de honor de asumir nuestro compromiso bautismal de entrega a Dios como cristiana y salesiana, y un gesto de fidelidad al Señor, que voluntaria y responsablemente, aceptamos profesar y vivir. (Id. art. 28)
La Promesa imprime en nosotros un sello particular muy fuerte que se va fortaleciendo poco a poco, de acuerdo a nuestra disponibilidad, nuestro compromiso.
Ser Dama Salesiana es un compromiso a vivir un estilo de vida diferente, a tiempo completo, las 24 horas del día, involucra nuestra vida entera, la familia, el trabajo, la vida profesional, las actividades en el Centro.
Comienzan grandes interrogantes:
• ¿cómo lograr un cambio en nuestra vida que nos comprometa a seguir a Cristo y participar en su Proyecto?
• ¿cómo tener cada día más hambre y sed de Dios y más hambre y sed de los hermanos los más pobres y necesitados?
• ¿cómo hacer para que ya no sea yo quien viva en mí sino que sea Dios quien lo haga?
• ¿cómo poder impregnar la sociedad de valores Cristianos?
Es necesario cambiar actitudes, iniciar un proceso de Conversión que nos ayude a lograr la Santidad día a día, para de esta forma responder a lo que Cristo nos pide.
El Capítulo V del Ideario nos habla de la Espiritualidad de la DS y concretamente en el artículo 61 nos da pautas que debemos hacerlas propias:
“ESPIRITUALIDAD ES EL MODO DE SER CRISTIANO, DE VIVIR COMO HIJO DE DIOS; ES UN ESTILO DE VIDA Y UNA MANERA DE VIVIR BAJO LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, ES LA FORMA COMO EL CREYENTE, A LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO, CONSTRUYE SU SER Y ORIENTA SU HACER, DE TAL MODO QUE HACE UNA UNIDAD DE SU VIDA Y SUS ACTIVIDADES.
ES ENCONTRAR A DIOS EN TODOS LOS MOMENTOS DE LA VIDA, AUN EN LAS PEORES CIRCUNSTANCIAS, LO QUE LLEVA A SENTIR LA GRANDEZA DE VIVIR EN TOTAL ARMONÍA CON EL Y ACTUAR EN CONSECUENCIA.
ES HACER QUE TODO NUESTRO SER, ÚNICO E IRREPETIBLE, SE MUEVA HACIA DIOS Y RESPONDA ACTUANDO A SU PLAN.
COMO CREYENTES, PERMANECEMOS ABIERTAS A UN CONTINUO PROCESO DE MADURACIÓN EN CRISTO, EL HOMBRE NUEVO. SÓLO EL ENCUENTRO CON EL DA SENTIDO PLENO A NUESTRA EXISTENCIA, UNIFICANDO NUESTRO SER Y NUESTRO OBRAR. TODO LO QUE HACEMOS ES EXPRESIÓN DE NUESTRA VIDA EN EL ESPÍRITU DE JESÚS.
PARA INCIDIR MÁS NO BASTA SER MUCHAS O DISPONER DE LOS ÚLTIMOS MEDIOS, SINO QUE ES NECESARIO SER MÁS DISCÍPULAS DE CRISTO.
LA ESPIRITUALIDAD NECESITA UN MARCO DE REFERENCIA QUE DIRIJA LAS OPCIONES CONCRETAS QUE DEFINAN NUESTRAS ACCIONES. ESE MARCO ES EL SEÑOR JESÚS EN EL CUAL SOMOS, NOS MOVEMOS Y EXISTIMOS”.
Nuestro caminar debe nutrirse, sostenerse y florecer en:
- La Palabra de Dios
- La oración
- La formación integral
- La devoción a María Auxiliadora y Don Bosco
- Una acción social organizada y en equipo.
- Vivir el sacramento de la reconciliación y la Eucaristía como pilares de mi vida espiritual. (Id. 65)
Todos estos son pilares importantísimos para la vida de una Dama Salesiana.
La oración diaria a través de la Palabra debe romper ese abismo que existe entre la Palabra y nuestra vida, para lograr hacer Vida su Palabra y poder entregarla a los demás. Debemos confrontar nuestra vida con la Palabra de Dios y con el Ideario, que es donde encontramos nuestro Proyecto de Vida.
La Eucaristía, de ser posible diaria, nos compromete a entregar a los demás lo que Jesús gratuitamente nos da, es nuestro principal alimento, es donde encontramos la fortaleza y el camino para participar en el Sueño de Jesús, es el camino para SER DE JESUS.
La Formación es una necesidad y una obligación para las Damas Salesianas, como dice el P. Miguel: “Dama Salesiana que no se forma por la misma puerta que entra sale”. Solamente cuando nos formamos comprendemos la importancia de la Formación y que ésta nos es imprescindible, afianzamos nuestra identidad, nuestro sentido de pertenencia. Nuestra formación debe ser integral y así está incluida en el Plan de Formación.
María Auxiliadora, nuestra compañera de camino, primera laica comprometida, que en la donación de su ser, acoge fielmente el Plan de Dios y hace vida su palabra, nos guía, nos inspira y nos enseña a encarnar a Jesús en nuestros destinatarios y en nosotros mismas.
Don Bosco nos enseña a vivir lo cotidiano, los espacios de trabajo, de oración, de relación, de convivencia, de esparcimiento y de reflexión con profunda alegría y optimismo, esfuerzo y responsabilidad.
Caminaremos seguras cuando los pilares de los que hablamos sean parte esencial en nuestro caminar, el SER Dama Salesiana va apropiándose de nuestra vida y ésta va tomando un giro diferente.
Nos daremos cuenta que el SER Dama Salesiana realmente es una vocación única, original y maravillosa que implica una respuesta concreta de nuestra parte:
SER PARTE DEL PROYECTO DE DIOS Y NUESTRA VISION DEBE SER LA CONSTRUCCION DE SU REINO, ES LO UNICO QUE DEBE PREOCUPARNOS.
“Nuestra vocación es un ideal de signo cristiano y salesiano para santificarnos en los quehaceres cotidianos al luchar por la renovación del mundo según Cristo”. (Id. 24)
Nos comprometemos con Dios, le damos un SI definitivo. Esto implica un cambio en nuestra vida, lo cual lo manifestamos en nuestra Promesa.
La Promesa no es un voto, ni una consagración religiosa. Es una palabra de honor de asumir nuestro compromiso bautismal de entrega a Dios como cristiana y salesiana, y un gesto de fidelidad al Señor, que voluntaria y responsablemente, aceptamos profesar y vivir. (Id. art. 28)
La Promesa imprime en nosotros un sello particular muy fuerte que se va fortaleciendo poco a poco, de acuerdo a nuestra disponibilidad, nuestro compromiso.
Ser Dama Salesiana es un compromiso a vivir un estilo de vida diferente, a tiempo completo, las 24 horas del día, involucra nuestra vida entera, la familia, el trabajo, la vida profesional, las actividades en el Centro.
Comienzan grandes interrogantes:
• ¿cómo lograr un cambio en nuestra vida que nos comprometa a seguir a Cristo y participar en su Proyecto?
• ¿cómo tener cada día más hambre y sed de Dios y más hambre y sed de los hermanos los más pobres y necesitados?
• ¿cómo hacer para que ya no sea yo quien viva en mí sino que sea Dios quien lo haga?
• ¿cómo poder impregnar la sociedad de valores Cristianos?
Es necesario cambiar actitudes, iniciar un proceso de Conversión que nos ayude a lograr la Santidad día a día, para de esta forma responder a lo que Cristo nos pide.
El Capítulo V del Ideario nos habla de la Espiritualidad de la DS y concretamente en el artículo 61 nos da pautas que debemos hacerlas propias:
“ESPIRITUALIDAD ES EL MODO DE SER CRISTIANO, DE VIVIR COMO HIJO DE DIOS; ES UN ESTILO DE VIDA Y UNA MANERA DE VIVIR BAJO LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, ES LA FORMA COMO EL CREYENTE, A LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO, CONSTRUYE SU SER Y ORIENTA SU HACER, DE TAL MODO QUE HACE UNA UNIDAD DE SU VIDA Y SUS ACTIVIDADES.
ES ENCONTRAR A DIOS EN TODOS LOS MOMENTOS DE LA VIDA, AUN EN LAS PEORES CIRCUNSTANCIAS, LO QUE LLEVA A SENTIR LA GRANDEZA DE VIVIR EN TOTAL ARMONÍA CON EL Y ACTUAR EN CONSECUENCIA.
ES HACER QUE TODO NUESTRO SER, ÚNICO E IRREPETIBLE, SE MUEVA HACIA DIOS Y RESPONDA ACTUANDO A SU PLAN.
COMO CREYENTES, PERMANECEMOS ABIERTAS A UN CONTINUO PROCESO DE MADURACIÓN EN CRISTO, EL HOMBRE NUEVO. SÓLO EL ENCUENTRO CON EL DA SENTIDO PLENO A NUESTRA EXISTENCIA, UNIFICANDO NUESTRO SER Y NUESTRO OBRAR. TODO LO QUE HACEMOS ES EXPRESIÓN DE NUESTRA VIDA EN EL ESPÍRITU DE JESÚS.
PARA INCIDIR MÁS NO BASTA SER MUCHAS O DISPONER DE LOS ÚLTIMOS MEDIOS, SINO QUE ES NECESARIO SER MÁS DISCÍPULAS DE CRISTO.
LA ESPIRITUALIDAD NECESITA UN MARCO DE REFERENCIA QUE DIRIJA LAS OPCIONES CONCRETAS QUE DEFINAN NUESTRAS ACCIONES. ESE MARCO ES EL SEÑOR JESÚS EN EL CUAL SOMOS, NOS MOVEMOS Y EXISTIMOS”.
Nuestro caminar debe nutrirse, sostenerse y florecer en:
- La Palabra de Dios
- La oración
- La formación integral
- La devoción a María Auxiliadora y Don Bosco
- Una acción social organizada y en equipo.
- Vivir el sacramento de la reconciliación y la Eucaristía como pilares de mi vida espiritual. (Id. 65)
Todos estos son pilares importantísimos para la vida de una Dama Salesiana.
La oración diaria a través de la Palabra debe romper ese abismo que existe entre la Palabra y nuestra vida, para lograr hacer Vida su Palabra y poder entregarla a los demás. Debemos confrontar nuestra vida con la Palabra de Dios y con el Ideario, que es donde encontramos nuestro Proyecto de Vida.
La Eucaristía, de ser posible diaria, nos compromete a entregar a los demás lo que Jesús gratuitamente nos da, es nuestro principal alimento, es donde encontramos la fortaleza y el camino para participar en el Sueño de Jesús, es el camino para SER DE JESUS.
La Formación es una necesidad y una obligación para las Damas Salesianas, como dice el P. Miguel: “Dama Salesiana que no se forma por la misma puerta que entra sale”. Solamente cuando nos formamos comprendemos la importancia de la Formación y que ésta nos es imprescindible, afianzamos nuestra identidad, nuestro sentido de pertenencia. Nuestra formación debe ser integral y así está incluida en el Plan de Formación.
María Auxiliadora, nuestra compañera de camino, primera laica comprometida, que en la donación de su ser, acoge fielmente el Plan de Dios y hace vida su palabra, nos guía, nos inspira y nos enseña a encarnar a Jesús en nuestros destinatarios y en nosotros mismas.
Don Bosco nos enseña a vivir lo cotidiano, los espacios de trabajo, de oración, de relación, de convivencia, de esparcimiento y de reflexión con profunda alegría y optimismo, esfuerzo y responsabilidad.
Caminaremos seguras cuando los pilares de los que hablamos sean parte esencial en nuestro caminar, el SER Dama Salesiana va apropiándose de nuestra vida y ésta va tomando un giro diferente.
Nos daremos cuenta que el SER Dama Salesiana realmente es una vocación única, original y maravillosa que implica una respuesta concreta de nuestra parte:
SER PARTE DEL PROYECTO DE DIOS Y NUESTRA VISION DEBE SER LA CONSTRUCCION DE SU REINO, ES LO UNICO QUE DEBE PREOCUPARNOS.
- Ser sus discípulas (“Discípulas y misioneras de Jesucristo, para que nuestros pueblos en El tengan vida” como el lema de Aparecida)
- Realizar actividades que favorezcan el desarrollo integral de las personas.
El documento de Aparecida nos viene muy bien para entender lo que es ser discípulas:
El Papa Benedicto XVI, en su discurso inaugural en Aparecida dijo:
“La Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente, que, en virtud de su Bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo. Esto conlleva a seguirlo, vivir en intimidad con él, imitar su ejemplo y dar testimonio. Todo bautizado recibe de Cristo, como los apóstoles, el mandato de la misión: Id por todo el mundo y proclamad la buena nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará”(Mc.16, 15). Pues ser discípulos y misioneros de Jesucristo y buscar la vida EN EL, supone estar profundamente enraizados en él.”
Nuestra misión de EVANGELIZAR, no es una tarea opcional ni de las DS ni de un cristiano, es una parte integrante de la identidad cristiana. Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y la alegría que esto produce, crece también la necesidad de comunicarlo, de compartir esta experiencia. Una DS enamorada de Cristo siente la necesidad de anunciar al mundo, a los destinatarios, a las DS, que sin EL no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro. Esta es la tarea esencial de la evangelización, que incluye la opción preferencial por los pobres, la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana.
Esta es nuestra principal misión, si no evangelizamos no estamos cumpliendo con nuestra misión, aunque tengamos obras maravillosas.
La madre Teresa de Calcuta decía:
“No confundamos nuestra vocación con nuestro trabajo, nuestra vocación es el amor a Dios”
El Rector Mayor, Don Pascual Chávez dice:
“Nuestro compromiso en el campo social no deberá separarse nunca del servicio global a la misión evangelizadora de la Iglesia”.
“Si Cristo vino a darnos a Dios, nosotros no podemos hacer una pastoral que se reduzca a resolver los problemas sociales; la evangelización debe conducir a la fuente de donde brota la luz y la energía para transformar al mundo.”
Si la Evangelización es esencial en la vida de una DS, mucho más lo es en la de los salesianos consagrados, el Rector Mayor lo enfatiza y dice:
“El salesiano de hoy tiene que ser, ante todo, como un hombre aferrado por la Palabra, enamorado de ella y entregado por entero al servicio de la evangelización para ayudar a los jóvenes a encontrar el sentido de la existencia y el camino de la felicidad, llevándolos al encuentro personal con Cristo”.
“El único método pastoral eficaz es el de hablar de Dios en primera persona con un testimonio convincente, diría casi autobiográfico, mostrando que ha obrado en nosotros el encuentro con el Señor y sintiendo ganas de comunicarlo, para que otros tengan la alegría de encontrarlo”.
“La experiencia de don Bosco y los salesianos en su misión constituyen una rica fuente de espiritualidad para las socias. Su diario quehacer nutría su vida interior y a su vez, ésta la expresaba en su amor a Dios reflejado en el servicio a los más necesitados”. (Id. 65).
La presencia salesiana en nuestra vida tiene una significatividad muy grande, aprendemos este espíritu de nuestros hermanos salesianos que nos acompañan, nos motivan y nos enseñan a vivir esta espiritualidad. La figura del Consejero Espiritual es de capital importancia en la ADS como animador del carisma y espíritu salesiano, de lo cual nos sentimos agradecidas.
Continuando con el mensaje inaugural del Papa en Aparecida leemos:
El encuentro con Jesucristo es el fundamento del discipulado y de la misión, aceptamos el Proyecto de Dios y nos comprometemos a:
- Perseguir su utopía como nuestro proyecto de vida personal y comunitario, compartiendo con El su Sueño de que este mundo puede y debe cambiar..
- Proseguir su misión, poniéndonos al Servicio del Reino.
- Conseguir su ideal, día a día, paso a paso, haciendo realidad un cambio con pequeños milagros que demuestren que es posible un mundo nuevo y mejor.
- Compartir su camino hacia la Cruz, como consecuencia de nuestra fidelidad al proyecto de Dios.
Acoger el Proyecto de Dios, es ser parte de ese Sueño, de que todos seamos felices, de ir construyendo poco a poco un mundo mejor. Aquí nos toca plantearnos, cómo participamos en este Proyecto.
Surgen algunos cuestionamientos:
Sobre mis actividades:
- ¿por quién las hago?
- ¿para quién las hago?
- ¿por qué las hago?
Si nuestra respuesta fuere que lo hacemos por nosotros, por nuestra imagen personal o de nuestro Centro, por nuestra reputación, porque queremos ser catalogadas como buenas empresarias, con seguridad debemos replantear nuestras motivaciones y seguramente nuestra vocación. Recordemos que todo lo hacemos por Cristo.
Nuestra vida tiene que ser una constante donación de nosotros mismos, nuestro compromiso debe ser:
- Dar a Cristo, que es dar esperanza.
- Dar una sonrisa, que es donación personal.
- Dar felicidad que es ser parte del Proyecto de Dios.
¿Proseguimos la misión de Jesús, poniéndonos al Servicio del Reino?
- ¿Vivimos en actitud constante de servicio?
- ¿Antes que la rentabilidad de las actividades esta el servir?
- ¿Estamos ayudando a que los destinatarios mejoren sus condiciones de vida?
- ¿Estamos capacitando a los destinatarios para una vida más digna o solamente solucionamos problemas temporales?
Si queremos ser parte del Proyecto de Dios y Construir Su Reino, esta debe ser nuestra preocupación, nuestro anhelo y debemos poner todo lo que esté a nuestro alcance para que así sea.
SER UNA DS ACTIVA, SIGNIFICA ESTAR COMPROMETIDA CON DIOS, CON LA IGLESIA, CON LA COMUNIDAD, VIVIR MÁS PROFUNDAMENTE EL EVANGELIO Y NUESTRO COMPROMISO BAUTISMAL.
En el Ideario, en el artículo 17 dice:
“Somos voluntarias sociales por origen, con signo cristiano y salesiano, y con el espíritu de la Iglesia como sistema y medio de vivir más profundamente el Evangelio y nuestro compromiso bautismal. Mujeres inquietas socialmente, con valores, posibilidades y cualidades suficientes, que podemos destinar tiempo y dones, como factor de cambio y promoción social desde el lugar en la comunidad donde nos ubicamos. El don carismático del Señor nos predispone a trabajar a favor de:
• La mujer
• La salud física, moral y espiritual de los necesitados
• La juventud
• La niñez
• El voluntariado social vocacional
• La organización empresarial
• La opción socio-política
• Las misiones entre indígenas”
La ADS nos presenta diferentes opciones en las cuales podemos buscar el desarrollo integral de las personas. Existen muchas actividades PERO UN SOLO SUEÑO, CONSTRUIR EL REINO DE DIOS, construir la Civilización del amor, caminar juntas hacia un mundo mejor, no otro mundo, sino un mundo totalmente otro.
A esta vocación DS hemos sido llamadas 4000 mujeres, todas únicas en nuestro ser y variadas en nuestros talentos y capacidades. Trabajamos en 128 centros, pero con UN SOLO CENTRO QUE ES JESÚS. Esta es la base de nuestra actividad, de nuestra vocación.
Somos Sembradoras de Esperanza, enamoradas de Dios y de nuestra vocación, que con creatividad e imaginación entregamos a Cristo para que ilumine y llene nuestra vida y la de nuestros hermanos. Somos testimonio de Cristo Resucitado, de alegría, de generosidad, de Santidad.
“Nuestro estilo debe ser festivo, optimista, sacrificado, inquieto y juvenil de rezar, servir, evangelizar, celebrar, compartir, organizar y en particular de fraternizar; un estilo caracterizado por la sonrisa siempre a flor de labios, que cautiva y alienta sembrando esperanza”. (Id. art. 20)
La tarea de promover nuevas vocaciones para dar respuesta a la urgencia de la evangelización es una razón fundamental para la ADS. Es una obligación el reunir nuevas mujeres, que trabajen en el Proyecto de Dios, nuevas almas dispuestas a entregarse con generosidad al servicio de los demás, que seamos capaces de testimoniar con alegría que el SER Dama Salesiana vale la pena, que es un don, un regalo de Dios, que somos mimadas del Señor porque ha pensado en nosotras para Construir su Reino, nos ha hecho participes de su Misión.
Somos DS con lineamientos claros, con el Ideario como Proyecto de Vida, pertenecemos a una gran familia, a una organización que se preocupa por cada una como persona, que nos forma de manera integral, nos motiva espiritualmente, nos ayuda a crecer.
Debemos sentirnos felices de ser Damas Salesianas, sentir que nuestra vocación es nuestra vida y que es Jesús quien nos motiva a ser Damas Salesianas Activas.
Debemos sentirnos agradecidas con Dios por haber inspirado al P. Miguel a fundar esta Asociación, a nuestras hermanas DS quienes durante 40 años han dado su vida, su tiempo para cimentar lo que hoy estamos disfrutando, a nuestras hermanas más cercanas quienes con su ejemplo y con su testimonio nos impulsan a seguir siempre adelante, a nuestros queridos Consejeros Espirituales que han sido y son un pilar en nuestro caminar.
Para finalizar solo puedo decir que
SER DAMA SALESIANA ACTIVA ES UNA VOCACIÓN, ES UNA DECISIÓN DE DECIRLE SI AL SEÑOR, DE VIVIR NUESTRA MISIÓN, NO IMPORTA LO QUE HAGAMOS, LO QUE IMPORTA ES CÓMO LO HACEMOS, CÓMO VIVIMOS, ES ACEPTAR LOS DESAFÍOS DEL MUNDO ACTUAL CONTRARRESTANDO CON VALORES LOS ANTIVALORES, DE ESTAR ENAMORADAS DE CRISTO Y QUE TODA NUESTRA VIDA GIRE ALREDEDOR DE EL, QUE NUESTRA PREOCUPACIÓN CONSTANTE SEA LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO DE DIOS, TODO LO DEMÁS VIENE POR AÑADIDURA
Estoy segura que muchas de ustedes lo viven, lo sienten y se sienten felices de ser verdaderas Damas Salesianas comprometidas en el Proyecto de Dios.
“Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo, seguirlo es una gracia y trasmitir este tesoro a los demás es un encargo, que el Señor al llamarnos y elegirnos nos ha confiado”. (Aparecida)
- Proseguir su misión, poniéndonos al Servicio del Reino.
- Conseguir su ideal, día a día, paso a paso, haciendo realidad un cambio con pequeños milagros que demuestren que es posible un mundo nuevo y mejor.
- Compartir su camino hacia la Cruz, como consecuencia de nuestra fidelidad al proyecto de Dios.
Acoger el Proyecto de Dios, es ser parte de ese Sueño, de que todos seamos felices, de ir construyendo poco a poco un mundo mejor. Aquí nos toca plantearnos, cómo participamos en este Proyecto.
Surgen algunos cuestionamientos:
Sobre mis actividades:
- ¿por quién las hago?
- ¿para quién las hago?
- ¿por qué las hago?
Si nuestra respuesta fuere que lo hacemos por nosotros, por nuestra imagen personal o de nuestro Centro, por nuestra reputación, porque queremos ser catalogadas como buenas empresarias, con seguridad debemos replantear nuestras motivaciones y seguramente nuestra vocación. Recordemos que todo lo hacemos por Cristo.
Nuestra vida tiene que ser una constante donación de nosotros mismos, nuestro compromiso debe ser:
- Dar a Cristo, que es dar esperanza.
- Dar una sonrisa, que es donación personal.
- Dar felicidad que es ser parte del Proyecto de Dios.
¿Proseguimos la misión de Jesús, poniéndonos al Servicio del Reino?
- ¿Vivimos en actitud constante de servicio?
- ¿Antes que la rentabilidad de las actividades esta el servir?
- ¿Estamos ayudando a que los destinatarios mejoren sus condiciones de vida?
- ¿Estamos capacitando a los destinatarios para una vida más digna o solamente solucionamos problemas temporales?
Si queremos ser parte del Proyecto de Dios y Construir Su Reino, esta debe ser nuestra preocupación, nuestro anhelo y debemos poner todo lo que esté a nuestro alcance para que así sea.
SER UNA DS ACTIVA, SIGNIFICA ESTAR COMPROMETIDA CON DIOS, CON LA IGLESIA, CON LA COMUNIDAD, VIVIR MÁS PROFUNDAMENTE EL EVANGELIO Y NUESTRO COMPROMISO BAUTISMAL.
En el Ideario, en el artículo 17 dice:
“Somos voluntarias sociales por origen, con signo cristiano y salesiano, y con el espíritu de la Iglesia como sistema y medio de vivir más profundamente el Evangelio y nuestro compromiso bautismal. Mujeres inquietas socialmente, con valores, posibilidades y cualidades suficientes, que podemos destinar tiempo y dones, como factor de cambio y promoción social desde el lugar en la comunidad donde nos ubicamos. El don carismático del Señor nos predispone a trabajar a favor de:
• La mujer
• La salud física, moral y espiritual de los necesitados
• La juventud
• La niñez
• El voluntariado social vocacional
• La organización empresarial
• La opción socio-política
• Las misiones entre indígenas”
La ADS nos presenta diferentes opciones en las cuales podemos buscar el desarrollo integral de las personas. Existen muchas actividades PERO UN SOLO SUEÑO, CONSTRUIR EL REINO DE DIOS, construir la Civilización del amor, caminar juntas hacia un mundo mejor, no otro mundo, sino un mundo totalmente otro.
A esta vocación DS hemos sido llamadas 4000 mujeres, todas únicas en nuestro ser y variadas en nuestros talentos y capacidades. Trabajamos en 128 centros, pero con UN SOLO CENTRO QUE ES JESÚS. Esta es la base de nuestra actividad, de nuestra vocación.
Somos Sembradoras de Esperanza, enamoradas de Dios y de nuestra vocación, que con creatividad e imaginación entregamos a Cristo para que ilumine y llene nuestra vida y la de nuestros hermanos. Somos testimonio de Cristo Resucitado, de alegría, de generosidad, de Santidad.
“Nuestro estilo debe ser festivo, optimista, sacrificado, inquieto y juvenil de rezar, servir, evangelizar, celebrar, compartir, organizar y en particular de fraternizar; un estilo caracterizado por la sonrisa siempre a flor de labios, que cautiva y alienta sembrando esperanza”. (Id. art. 20)
La tarea de promover nuevas vocaciones para dar respuesta a la urgencia de la evangelización es una razón fundamental para la ADS. Es una obligación el reunir nuevas mujeres, que trabajen en el Proyecto de Dios, nuevas almas dispuestas a entregarse con generosidad al servicio de los demás, que seamos capaces de testimoniar con alegría que el SER Dama Salesiana vale la pena, que es un don, un regalo de Dios, que somos mimadas del Señor porque ha pensado en nosotras para Construir su Reino, nos ha hecho participes de su Misión.
Somos DS con lineamientos claros, con el Ideario como Proyecto de Vida, pertenecemos a una gran familia, a una organización que se preocupa por cada una como persona, que nos forma de manera integral, nos motiva espiritualmente, nos ayuda a crecer.
Debemos sentirnos felices de ser Damas Salesianas, sentir que nuestra vocación es nuestra vida y que es Jesús quien nos motiva a ser Damas Salesianas Activas.
Debemos sentirnos agradecidas con Dios por haber inspirado al P. Miguel a fundar esta Asociación, a nuestras hermanas DS quienes durante 40 años han dado su vida, su tiempo para cimentar lo que hoy estamos disfrutando, a nuestras hermanas más cercanas quienes con su ejemplo y con su testimonio nos impulsan a seguir siempre adelante, a nuestros queridos Consejeros Espirituales que han sido y son un pilar en nuestro caminar.
Para finalizar solo puedo decir que
SER DAMA SALESIANA ACTIVA ES UNA VOCACIÓN, ES UNA DECISIÓN DE DECIRLE SI AL SEÑOR, DE VIVIR NUESTRA MISIÓN, NO IMPORTA LO QUE HAGAMOS, LO QUE IMPORTA ES CÓMO LO HACEMOS, CÓMO VIVIMOS, ES ACEPTAR LOS DESAFÍOS DEL MUNDO ACTUAL CONTRARRESTANDO CON VALORES LOS ANTIVALORES, DE ESTAR ENAMORADAS DE CRISTO Y QUE TODA NUESTRA VIDA GIRE ALREDEDOR DE EL, QUE NUESTRA PREOCUPACIÓN CONSTANTE SEA LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO DE DIOS, TODO LO DEMÁS VIENE POR AÑADIDURA
Estoy segura que muchas de ustedes lo viven, lo sienten y se sienten felices de ser verdaderas Damas Salesianas comprometidas en el Proyecto de Dios.
“Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo, seguirlo es una gracia y trasmitir este tesoro a los demás es un encargo, que el Señor al llamarnos y elegirnos nos ha confiado”. (Aparecida)
No hay comentarios:
Publicar un comentario